Capitulo 7: Emily

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Emily

Creo que recordare esa noche por toda mi vida, jamás podre olvidarla. Aun la repito en mi cabeza.

Estábamos listas, todo estaba preparado, No faltaba nada, el Capo ya había aclarado sus dudas y estaba esperándonos en el coche.

¿En serio íbamos a hacer esto? ¿O nos arrepentiríamos al último minuto?

La respuesta no tardo mucho en llegar: sí lo haremos.

Subimos al coche todas, Elena y Emma tenían miedo, mientras, Megan y yo estábamos más que decididas

Shelly me había hecho la vida imposible en los últimos 2 años, todo lo que hacía, decía y aun lo que no, era culpable, le hacía creer a la gente cosas que no soy. Y pensar que todo empezó como un juego. Siento un cosquilleo en el estómago, no son las clásicas mariposas del amor, no, era algo que me decía que lo que hacía era arriesgado, pero, valía la pena.

Ni hablar de los otros maestros, Anthony, ugh, ni pensar en lo que le hizo a Emma

Y  las otras dos: Lola y Alexandra, también, un infierno viviente. ¿Cómo soportamos tanto sufrimiento durante tan largo tiempo? Ni yo se la respuesta

Llegamos a casa de Anthony. El Capo entró y golpeó la puerta, Anthony la abrió y con una destreza inimaginable, el Capo le inyectó no-se-que sustancia para dormirlo, ha de ser anestesia.

Siguiente parada: Lola. Ocurrió lo mismo solo que ella trató de escapar, jeje, ilusa la señorita. Y fue la misma historia con Alexandra y Shelly.

El Capo había encontrado un motel barato en las afueras de la ciudad, allí se cometen más de la mitad de los asesinatos de la ciudad, se podría decir que no es un barrio muy bonito y acogedor y los que viven haya saben que es mejor mantener la boca cerrada; en el hotel, nunca “nada” entra y mucho menos nada sale

Metimos a los cuatro maestros en diferentes habitaciones, todas nos quedamos con nuestra respectiva víctima, mientras el Capo hacía lo suyo.

Emma fue de primero. El Capo entró al cuarto y sacó una hoja de papel, la muerte que deseaba Emma darle a Anthony: ahorcarlo con sus lindas cuerdas de guitarra

No se diga más, el Capo tomó la guitarra que habíamos tomado de su cuarto y la dulce Emma no se resistió a guardar una carcajada, se rompieron las cuerdas  de la guitarra y digamos, mágicamente aparecieron el cuello del maestro, cuando su respiración se detuvo, Emma se quedó viendo horrorificada lo que había logrado, ese era un sueño, que se había convertido en pesadilla

Siguiente: Lola

Elena se quedó en el marco de la puerta observando todo lo que ocurría; como el Capo tomaba una banda, se la ponía a Lola en los ojos y sacaba una pistola para darle un tiro. Elena no quería que sufriera tanto.

La linda de Megan sí que odiaba a la maestra, ¿Como pudo pensar algo así?

A Alexandra, le tocó de lo peor, la pincharon con agujas de hospital hasta que se desangró, simple, pero sádico

Mi turno.

Shelly estaba medio despierta, medio dormida, no me importaba siendo honestos, pero esto lo iba a disfrutar

El Capo entró y le di la hoja que tenía instrucciones detalladas de lo que quería

Tomó a Shelly y la sentó en una silla, encendió una vela y se la paso por la cara  a mi querida maestra

Yo veía como su rostro se deformaba y como luego simplemente se le cerraron los orificios de la nariz de tanta candela, ¿Mencioné que mi querida víctima, era asmática?

8 de la mañana en un día común y corriente de clases:

Se reportó la pérdida de 4 queridos maestros, todo fue a la perfección, pero sentíamos culpa y miedo, no había de que preocuparse, pero el sentimiento seguía ahí. Lo importante era que nos habíamos librado de ellos y nos teníamos a nosotras, que éramos algo así como hermanas ¿no? Nadie confesaría 

Masacre EscolarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora