Samantha*
Estar allí era mi tormento, preferiría estar en el infierno a tener que aguantar el agobio de estar acá frente este doctor, nunca me ha gustado pasar por estás consultas.
No me gusta tener que ser una carga para nadie, pero dudo mucho que mis padres lo entiendan, para ellos sigo siendo su "Bebita" enferma de Lupus.
Ellos creen que es algo que se puede curar con medicamentos, y que viniendo a revisiones constantemente van a cambiar algo en mi, pero nunca han aceptado que moriré con esto.
Para mí está enfermedad es como una esclavitud, es el hecho de estar feliz en un momento, y en otro tener que estar acostada en una cama de hospital, por esta misma situación trato de no encariñarme con las personas, solo mi familia, Sophia y Mike tienen conocimiento sobre mi enfermedad.
Sophia y Mike son mis mejores amigos, como hermanos, y han estado ahí desde que tengo uso de razón, ellos han pasado conmigo momentos muy difíciles, como en el momento en el que me dieron a conocer enfermedad, pero a pesar de todo nunca se han ido, aunque es irónico debido a que ellos dos no se entienden muy bien.
- Como te sientes hoy- me pregunta el hombre con bata frente a mí.
-Peor que ayer- respondo sería, siempre me ha gustado fastidiarlos.
-Sam!, deberías ser más amable con el Dr.West!- me reprende mi madre, mientras que mi padre me mira con cara de pocos amigos.
Nunca me ha gustado venir a estas consultas, y menos con este doctor. Creo que desde el momento en el que me dio a conocer mi enfermedad, lo e odiado. No debería culparle por esto, pero simplemente el verlo me hace recordar que debo vivir toda mi vida con está enfermedad.
-Porque debería serlo?- preguntó cínicamente, ganándome un grito ahogado de mi madre y un refunfuñó por parte de mi padre.
-Tranquilos, no pasa nada, está en una edad difícil- responde el viejo con bata que cree saberlo todo.
>Este no sabe lo que acaba de decir<
-En serio? No creen que ya con 19 años no tengo edad suficiente para haber madurado?, no se han puesto a pensar que puede ser por el hecho de que me obliguen a venir aquí!- Digo furiosa.
No se en qué momento me e levantado de la camilla, pero voy por mis zapatos y me los coloco de mala gana, luego voy por mi abrigo.
>Porque no viniste hoy Peter< pienso para mis adentros.
Si mi hermano hubiese estado aquí me hubiera tranquilizado, e igualmente me apoyaría y me comprendería en cualquier situación.-A donde crees que vas señorita!?- Me dice mi madre secamente.
-No iras a ninguna parte Samantha Clarent!- Dice mi padre con tono autoritario.
-Obsérvenme- les digo con calma, mirándoles a los ojos.
Salgo del consultorio con decisión sin importar que mis padres se queden atrás.
Camino por el horroroso edificio rápidamente, y al salir cruzó la calle para tomar el primer autobús qué pasa.
Desde el primer momento que me informaron sobre esta enfermedad la e aceptado, es horrible tenerla pero he aprendido a vivir con esto, solo no quiero que me lo recuerden cada que tengan la oportunidad, me parece innecesario venir a estás consultas sin haber tenido ninguna recaída hace más de año y medio.
...No sé cuánto tiempo e pasado en este auto bus, pero observó por la ventana y ya a oscurecido.
-Preciosa, me temo que debes bajarte, mi turno a terminado- me dice el repugnante conductor que está frente a mí.
Me bajo del auto bus, y me doy cuenta de que no tengo ni idea de dónde estoy, comienzo a caminar sin rumbo alguno, mientras comienzo a detallar el lugar en donde me encuentro, parece ser un vecindario similar al mío, aunque nunca lo había visto en mi vida.
No tengo idea de cuánto tiempo llevo caminando, estoy cansada y no quiero que nadie me vea y me dirija la palabra, realmente no tengo ánimos para contestarle a nadie.
Observó lo que puede ser mi salvación.>Bingo<
Me adentro en el bosque que tengo allí en frente y comienzo a adentrarme en este cada vez más y más...no sé cuánto tiempo e caminado, y me temo que estoy perdida.
Estoy muy cansada así que me recuesto sobre un árbol.
Comienzo a reflexionar sobre mi vida, me empieza a entrar un aire de melancolía y en ese momento se que voy a estar mal por un rato...me quedo allí ensimismada recostada en el árbol...no me e dado cuenta en qué momento han comenzado a deslizarse las lágrimas por mi rostro.

ESTÁS LEYENDO
Igual te querré...
RomanceSolo te descuidas un momento y ya puedes estar en un hospital...o enamorada.