Tied Souls - Ziall AU [Short fic]

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[N/A: Este mundo es creado por mí; por eso es distinto. Sin embargo, si no entienden algo de él, sigan leyendo y ya, ¿sí? Que a medida que lean van a ir entendiendo.

Gracias c: Disfruten la lectura, los loveo <3]

—Quédate esta noche.

Tragué saliva al oír tales palabras. Respiré unas cuantas veces, porque estaba demasiado agotado por lo que acabábamos de hacer, y suspiré sonoramente. Intenté convencerlo con la excusa de que al día siguiente tenía que levantarme temprano, que por eso no podría, pero no pareció satisfecho.

—Nunca te has quedado a pasar una noche, ¿cierto? —preguntó sacando el rostro de mi pecho, mirándome a los ojos. Me sentí vulnerable; a veces Niall me miraba y era como si pudiera leer mi mente, como si quedara completamente expuesto ante él.

—Nunca me he acostado con nadie más —admití.

Lo vi sonreír de lado con picardía.

—¿Qué hacías antes de mí en el Día L? —Evité su mirada, avergonzado—. ¿A la antigua? —Asentí con la cabeza, sintiendo mis mejillas arder, apenado, y soltó una carcajada—. Me gustaría que te quedaras a pasar la noche, Zayn. Sería hermoso despertar y verte al otro lado de la cama.

—Ya sabes lo que pasa cuando te quedas a dormir con alguien. ¿No te da miedo que nos ocurra?

Suspiró, haciendo que su aliento chocara contra mi piel y me mandara cosquillas a la espalda.

—En realidad, no me molestaría que mi alma quedara un poco más unida a la tuya y viceversa. ¿A ti te molestaría?

Si te quedabas a dormir con alguien, un poco de tu alma se iba con ella. Un amigo me había contado que le había ocurrido con su pareja; se sentían más cercanos que antes. Era lindo pero, honestamente, daba un poco de miedo. Me agradaba Niall, era divertido y ocurrente, pero, ¿estar unidos?

Nunca había pasado por mi mente.

Lo llamaba en mis Días L, los cuales llegaban una vez al mes, desde que nos conocimos en aquel taxi, pero nunca lo vi como nada más que eso: el chico con el que saciaba mis necesidades cada vez que llegaba la fecha. Parecía un poco cruel, pero nuestros Días L coincidían, por lo que, en teoría, nos hacíamos un favor mutuamente.

Recuerdo que cuando nos conocimos estábamos coqueteando, como un par de calentones con libido alto y, después de cinco minutos estábamos tan urgidos que comenzamos a besarnos y manosearnos en el auto. Tuvimos que entrar a un baño con premura, porque no pudimos aguantarnos y, al salir, intercambiamos números y acordamos ayudarnos cuando fuera requerido.

—Está bien si no quieres —soltó—. Sé que, de igual manera, no me ves como más que un cuerpo con el cual calmas tus necesidades sexuales.

—Sabes que eres más que un cuerpo —aseguré, bajando mi vista hasta encontrar la de él—. Todos somos más que nuestros cuerpos, Niall; creí que...

Me interrumpió con enojo.

—No vengas con eso, Zayn. No tú —Bufó con la mirada llena de ira—. Nos dicen que somos más que cuerpos mientras la sociedad en sí misma gira en torno a cuerpos perfectos.

Quería replicar, pero sabía que tenía razón. La sociedad era muy doble cara; dictaban que lo importante era el alma de las personas, que en realidad éramos almas atrapadas en cuerpos, dicho de forma poética, para luego educarnos como si no fuéramos más que un pedazo de piel que cambiar según la ocasión.