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Heechul se recostó contra la vitrina observando por la gran ventana de la entrada a las personas que pasaban con el cansancio de la jornada sobre sus hombros, unos sonreían ligeramente mientras que otros sostenían un gesto de decepción. Al menos él tenía la dicha de cuidar flores como le gustaba.

Cuando una pareja pasó por el frente pudo escuchar claramente sus risas y las palabras que se dedicaban, haciendo bromas entre ellos los vio desaparecer suspirando. Su última relación había sido un completo fiasco, no sabía a quién culpar realmente por ello, si habían culpables, claro, pero admitía que una parte de esa recaía sobre él. O más bien en su carácter espontáneo. Siwon había sido un novio atento, cuidadoso, tanto que habían terminado por chocar; Heechul llegó a odiar su perfección y sus aires de querer cambiarlo. Un asco total.

El sonido de la campana le hizo alzar la mirada, no ocultó su sorpresa al ver al joven del día anterior que le había estrellado sonriendo con un poco de vergüenza. Al principio se quedó mirándolo un poco atontado, como si fuera un espejismo o algo así, tenía un aspecto diferente y más fresco. Casi cautivador, casi.

— Hola.— Saludó tímido.

Detalló su rostro, sus cabellos, y se fijó en sus labios gruesos. Sacudió un poco su cabeza para reaccionar.

— ¡Tú, idiota!— Lo señaló.

Rodeó el mostrador y salió al encuentro del castaño quien se asustó por sus ademanes bruscos y amenazadores, alzó  sus manos en son de paz y trató de sonreír.

— Yo venía a pedir disculpas por lo de ayer— Retrocedió un poco al verlo calmado. Con prisa metió las manos a su bolsillo y sacó su billetera con torpeza—. Además, he venido a pagar el ramo que arruiné.

Heechul debatió su mirada entre la billetera que sostenía y su mirada.

— Más te valía venir a hacerlo, porque creerme que te hubiera buscado en las profundidades de infierno por ello— Le arrebató el dinero que le extendió mientras Kyuhyun reía.

Se ladeó un poco y contó el dinero, faltaba un poco pero no importaba realmente. Miró de nuevo al joven que continuaba allí de pie, mirándolo de una manera que le hizo temblar ligeramente. Entrecerró los ojos y cruzó los brazos.

— Bien, ya me pagaste ¿por qué sigues aquí?

Kyuhyun miró al suelo de manera nerviosa mientras tartamudeaba unas palabras que Heechul no lograba entender.  Realmente no sabía qué decir, o más bien cómo decirlo. El chico de al frente tenía un carácter muy difícil y complicaba las cosas, pero no había dejado de pensarlo en toda la noche y con el ramo de rosas tenía la excusa perfecta para acercarse.

Heechul empezó a zapatear impacientándose, lo que causó que los nervios de Kyuhyun empeoraran. El castaño respiró hondo y se llenó de valor.

— ¡Quiero que tengas una cita conmigo!

El pie de Heechul se detuvo y sus ojos se abrieron, ¿qué decía ese niño? Se quedó mirándolo, chocando con su mirada tierna y temblorosa que de una manera logró conmoverlo. Después de Siwon no había quedado con muchas ganas de conocer a alguien, realmente se sentía bien estando solo y sin amigos.

— ¿Qué te hace pensar que saldría contigo?

Kyuhyun mordió su labio e intentó decir algo. Motivos, no existían, además de que no podría admitir que le gustaba a la primera o quedaría como un acosador. Tampoco sabía que le gustaba a ese chico así que tendría que apostar a la suerte en su cita.

— Bueno, te llevaré a una convención de video-juegos que hay este fin de semana en Jeju.

La sorpresa de Heechul aumentó, ¿hablaba de la misma convención donde iban a hacer el campeonato online de League of Legends? Le examinó atentamente, eso podía explicar la pinta de nerd que se mandaba.

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