Era otro día más en la vida de Lucy, otro día mas de seguir pretendiendo que todo estaba bien, hacia dos años y seis meses que se había casado con su novio de toda la vida Andy, desde el momento en que lo vio se había enamorado de él. Andy Fishman era el chico mas cool del colegio, alto, rubio, de ojos verdes y con unas sonrisa encantadora , era amigo de todos y todos querían ser sus amigos, era un chico hiperactivo, participaba en todas las actividades del colegio, jugaba al futbol, también era miembro del centro de estudiantes, del club de la ONU y lo que más le gustaba el club de drama en el cual siempre resultaba escogido como actor principal en cada una de las obras que realizaban, y allí fue donde Lucy lo conoció.
Los padres de Lucy se habían divorciado recientemente, su madre había decidido regresar con su hija a su Nashville natal donde había conseguido un buen trabajo en marketing para un empresa multinacional, a Lucy no le había quedado otra opción que mudarse desde su querido Los Angeles, dejar atrás todo lo que conocía y sus amistades. Pero esto no representaba un problema para ella, Lucy Ancherman siempre se adaptaba a los cambios, siempre los veía como una oportunidad para conocer gente nueva y vivir nuevas experiencias por esta razón lo primero que hizo al pisar su nuevo colegio fue unirse al club de drama, sería una buena forma de conocer nuevos amigos. Tanto Andy como Lucy se flecharon al instante en que se vieron, primero se hicieron amigos, el le mostro el colegio, la ciudad y todo lo que conocía, al mes ya eran novios. El se había enamorado completamente de la simpática colorada que siempre lo acompañaba en las locuras que se le ocurrían , ella estaba totalmente obnubilada por la personalidad avasalladora de Andy. Ya habían pasado diez años y nada era como entonces.
Era viernes y Lucy viajaba en colectivo hasta su trabajo el "estudio fotográfico Ancherman" de su tío Rick debía abrir el local ya que su tio se había operado recientemente y la había dejado como encargada del lugar.
No había podido dormir nada la noche anterior ya que había discutido con su esposo, habían pasado unos tres meses desde que habían despedido a Andy de su trabajo y aunque buscaba en todas partes no conseguía nada, la depresión se había apoderado de él, se pasaba todo el día echado en el sofá mirando televisión y bebiendo. Ella ya no sabía cómo ayudarlo.
Lucy estaba tan cansada de su vida y de todo que quería desaparecer, cerró los ojos imaginando una vida diferente, pero debió despertar de su sueño rápidamente ya que se percato que se había pasado dos paradas de donde se debía bajar. Camino rápidamente esquivando a la gente que miraba las vidrieras, eran las nueve de la mañana pero el calor era abrasador, Lucy apuro su paso mientras buscaba las llaves para abrir el local , cuando llegó alzo la vista y se encontró con un chico sentado al lado de la puerta, el se levanto al verla llegar.
- hola, buen dia -dijo con acento británico
- hola, podrías esperar unos minutos que levanto la persiana- dijo ella
- si no hay problema
Lucy entro prendió las luces del lugar y mientras subia la persiana pudo apreciar al chico que se encontraba parado en frente de la puerta, era corpulento, tenia puestos unos jeans y una remera negra básica también llevaba puestos unos lentes negros. Se acerco a la puerta y volteo el cartel que ahora indicaba: abierto
- buen dia, ¿en que lo puedo ayudar?- dijo ella ubicándose detrás del mostrador
- necesito revelar urgentemente unas fotos – dijo el sacandose sus lentes y ella pudo observar sus ojos celestes.
- ¿para cuándo lo necesita?
- lo más rápido que lo puedan hacer-
- mira lo más pronto que te puedo prometer seria para mañana- dijo ella
- si me viene bien, gracias- dijo el sacando un rollo de su bolsillo
Lucy tomó una carpeta para tomar sus datos, mientras ella anotaba la información del rollo, el la miraba detenidamente, miraba su cabello rojizo cual fuego y su cachetes salpicados por pecas, estaba tan absorto observándola que no la escucho cuando le preguntó su nombre, ella alzó su vista y sus miradas se cruzaron, Lucy se puso aun más colorada de lo que era y el tartamudeo al decir su nombre: Matthew Helders
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- ¿un teléfono que me pueda dar? Pregunto ella bajando la vista nuevamente
- ¿del hotel te sirve? No soy de aca , estoy de viaje por unos días
- si no hay problema
Luego de pagar la seña, Matt salió por la puerta no sin antes dedicarle una pequeña sonrisa, Lucy se quedo unos minutos observándolo como se marchaba por la vereda de enfrente hasta que unos clientes interrumpieron su vista.
Lucy regresó a su casa por la noche, estaba cansadísima y lo único que quería hacer era dormir, cuando llegó se encontró con su marido yendo y viviendo por toda la casa, sacaba ropa de armario y la metía en un pequeño bolso.
-¿qué estás haciendo?- pregunto ella
- me voy a Las Vegas con los muchachos a probar un poco de suerte - respondió sin prestarle atención
Ella se sentó resignada en la cocina y encontró otra boleta vencida esta vez era la de la luz sino pagaban la próxima semana le cortarían el servicio, se levanto
- MIRA OTRA BOLETA VENCIDA, VOS QUERES IR A DESPILFARRAR PLATA- dijo ella arrojándole el sobre a la cara
- por eso amor, yo me tengo fe que voy a ganar ese torneo de poker y vamos a poder pagar todas las deudas- dijo el tomándola por los brazos y tratándola de besar
- NO, ANDY- dijo alejándose – no podemos gastar plata con suerte mi tío o mi papá me puedan prestar algo
- no, no quiero pedirle dinero otra vez, no quiero depender de ellos - dijo furioso- me voy volveré el lunes – y se marcho con su bolso
