“—¿cuando y por qué se dieron su primer beso?
—¿no es raro preguntar el por qué?
—solo responde
—bien...”
Se había cumplido un año de un suceso importante que viví con Ely, era el único día en el año donde él no era un idiota y yo no lo insultaba. Estábamos sentados en el patio del colegio, yo tenía mi cabeza apoyada en su hombro mientras compartíamos auriculares. Ambos en silencio, disfrutando de ese pequeño momento que vivíamos, claramente, yo no sabía que Isaac nos vería, pero así fue.
Esa tarde, al llegar a mi casa, encontré a un Isaac tensó esperándome en la puerta. No me dejó dudar un segundo que escupió el por qué estaba allí.
—¿sales con Ely? —dijo sin más, a lo que yo negué con la cabeza. — Dios, ¿que hacías con él y así?
—es algo que solemos hacer todos los años...
—¿por qué?
—es entre él y yo. ¿para eso has venido?
—sí, solo por eso — susurró haciendo su camino hasta la vereda.
—Isaac...besame —hablé luego de hacerlo voltear hacía mí. Jamas sentí tanta dicha como en el momento que sus labios y los míos chocaron. Hizo que el beso sea apasionado y tierno, es difícil de explicar. Me sentí en el paraíso.