“—¿cuando comenzaste a tener confianza en él?
—En una fiesta —me limité a responder.
—¿que hizo para ganar tu confianza?”
—¿Alguien que quieras impresionar, Spence? —Amy elevó una de sus cejas y yo me miré al espejo.
—¿Que tengo? —pregunté confundida, no veía lo resaltante en mi atuendo.
—Oh, vamos. Todas sabemos que vas a esa fiesta por sonrisa de caramelo —hice un gesto de disgusto ante el horrendo apodo que Sara le puso a Isaac mientras tomaba mi chaqueta.
—Tres semanas, muchachas, solo tres semanas que lo conozco —hablé.
—Tres semanas y logró más que Ely en todo este tiempo, ese chico querrá tirarse a un pozo —Linz bromeó al respecto y Sara la miró mal por ello.
—Ya vámonos —hablé para evitar una discusión entre aquel par.
Cuando llegamos a la fiesta me fui con rapidez al patio del fondo donde ya se encontraban varias personas pero solo quería ver a una: Isaac.
Comencé a ver en mi teléfono por si había enviado un mensaje pero no, mientras esperaba su llegada la persona que siempre evito apareció, Ely.—¿Me esperabas, preciosa?
—¿En serio, crees que eso funcionará? —pregunté con ironía y este suspiró resignado.
—Estoy comenzando a creer eso que no quieres una relación —habló.
—No te confundas, no quiero una relación contigo —antes de que él hable sentí la voz de Isaac a mis espaldas.
—¿Interrumpo? —volteé a verlo y sonreí, su cabeza gacha mientras que su mirada se encontraba alta y una sonrisa en su rostro.
—Claro que no, te esperaba —antes de que Ely y hable nosotros ya habíamos caminado en otra dirección. — nadie viene aquí —afirmé cuando me senté tras uno de los arboles.
—¿soy yo o ya eres experta en evitar las fiestas? —preguntó en tono de broma.
—De hecho, mis amigas aman esto y yo pretendo haberme perdido en la multitud con un chico mientras, en realidad, estoy aquí —confesé haciéndolo reír.
—Eso es extraño —comentó entre risas.
—Lo sé —susurré. —pero me ahorro una resaca.
—Punto para ti, entonces —susurró mirándome a los ojos con aquella sonrisa encantadora que poseía.
—¿me esperas un segundo? necesito ir al baño —susurré.
“—¿por que te detienes?
—Es difícil...cuando —respiré hondo.—cuando fui al baño unos chicos drogados fueron tras de mí.”
—¿Quieren un poco muchachos? —Isaac estaba parado en el marco de la puerta con una bolsa en sus manos, los tres muchachos que se habían acercado a mí, con intenciones no debidas, se alejaron para tomar la bolsa.— ahora larguense —antes de poder hablarle él me abrazó. —siento tardarme pero necesitaba algo para ganarle a esos tres.
—No te preocupes, por suerte no llegaron a tocarme, gracias a ti.
