Prólogo.

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No era su culpa.

No lo era, jamás lo sería, y jamás lo fue.

Desde siempre observó a aquel rubio con interés, este carecía de toda información sobre el mundo real, encerrado desde su infancia, una palabra lo describiría para Marino...

Ingenuo.

Su sonrisa era blanca y brillante. Marino admiraba su alegría y torpeza, le enternecia su confusión hacia temas subidos de tono. Adrien era ingenuo y torpe, pero su inocencia era máxima.

Eso le gustaba a él. Un ser así de dulce. No como el, el estaba corrompido... Podrido... Roto...

Había vivido lo suficiente para saber que no todo es color de rosa. No deseaba que nadie corrompiera a su preciado Adrien. Por lo cual, siempre lo cuidaba, entre las sombras.

Pero si no quería corromperlo...

¿Era bueno desearlo?.

Su bello cabello rubio brillante le encantaba al azabache.

Sus ojos verdes que brillan con o sin luz lo enamoraban.

Su sonrisa grande y blanca la adoraba.

Y su delgado y pequeño cuerpo lo hacían desearlo cada vez más.

Pero Adrien era preciado para él... No debía tocarlo... Si lo toca...

Se rompería.

No debe arrebatarle su pureza... No debe, no debe, no debe...

Pero de todos modos...

Marino, ¿Cuando a seguido las reglas a la que lo imponen?.

Marino estaba podrido... Pero no quería pudrir a Adrien también.

Una sonrisa se curvo en la boca del azabache Dupain.

—Ya va siendo hora de que tu y yo arruguemos las sabanas... Adrien.

Si, al menos, alguien corrompería a Adrien... Ese...

Sería él.

—[…]—

Y aquí nos vemos otra vez :D

O tal vez no :v

Bueno, les dejo este prologo y me voy lentamente n.n

Innocence. [Adrianette] [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora