03. Untouchable.

206 26 7
                                    

  Los cielos del reino superior, se tiñen en un arrebol magnífico, en donde los tonos celestes se degradan con parsimonia al compás de las nubes oscuras y las pequeñas estrellas que brillan en el firmamento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

  Los cielos del reino superior, se tiñen en un arrebol magnífico, en donde los tonos celestes se degradan con parsimonia al compás de las nubes oscuras y las pequeñas estrellas que brillan en el firmamento. Los pies descalzos de Ithis se desplazan en el borde de una edificación alta. Él observa el cielo mientras la brisa fresca de una noche próxima, acaricia su delicada piel.

Si bien, el reino en lo alto se diferencia del mundo mortal por sus propiedades físicas, existen aspectos que el benefactor —autor de toda la naturaleza existente—, quiso preservar para  no privar a sus compañeros de su obra maestra; el lento anochecer y su espectáculo en donde la calígina oscuridad consume la luz del día.

Vida es alguien profundamente apasionado y poético. Todo en la naturaleza refleja cada pequeño aspecto de la existencia, que él quiso plasmar tal cual lo interpretó. El anochecer y amanecer, representa para él y todo aquel que disfrute presenciarlos, la facilidad con la que el bien puede ser mal, y viceversa. Que la luz sufra una metamorfosis a la oscuridad, es tan natural y a veces, inevitable. Sin embargo, aún quedan rastros de luz en la noche, y son las estrellas.

Ithis sonríe leve y baja la mirada. Se deshizo de sus sirvientes que solo lo atosigaban con reproches y sobre protección. No le molesta un poco de atención, pero a veces necesitaba un tiempo para meditar a cerca de su existencia. Después de todo, creó a sus sirvientes con mente y voluntad propia, solo para tener compañía; es gracioso que ellos a veces sean los que mandan sobre él. Pero la superioridad que antes sentía sobre todos los dioses, se fué disipando con el tiempo, hasta hacerlo sentir inútil y miserable. Ya ha creado lo justo y necesario. Ahora ya no sirve de nada, y es lo que lo ha sumido por un largo tiempo, en una profunda tristeza.

Aspira el aire nocturno con lentitud, sintiendo el picor del aire helado en sus fosas nasales. La frescura del ambiente lo revive por completo, enviando descargas eléctricas en cada fribra de su ser; así que se sigue moviendo en la barandilla, con los brazos tendidos para hacer equilibrio mientras el viento ondea la tela fina de su túnica.

Mientras tanto, una presencia lo observa desde una distancia considerablemente lejana, algo cubierta por las copas de los árboles. Esta persona tiende la mano con elegancia y un arma se fabrica a base de un serpenteante humo negro; es del mismo color con apliques dorados, el cañón se divide en dos partes delgadas y en el centro de estas, una bola eléctrica empieza a crecer de un tamaño peligroso. Este apunta a Ithis, quien se encuentra distraído y absorto de la amenaza latente, mientras es apuntado a través de la mira telescópica del arma. El disparo es efectuado con silencio y la esfera eléctrica se dirige al sitio en donde Ithis se encuentra parado, observando el cielo. Él oye un siseo cercano y voltea para apreciar el ataque que no puede esquivar.

Sin embargo, la esfera impacta contra el borde del edificio, haciendo temblar todo y en consecuencia, el creador pierde el equilibrio y se desploma sin poder sostenerse de algún lugar posible, ya que solo cerró sus ojos y esperó la dureza del suelo, sin oportunidad de levitar, ya que él tiene el poder de hacerlo, pero todo transcurre con tanta violencia que no tiene tiempo de reaccionar de otro modo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 13, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Famine (+16) »AMOLAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora