Ya han pasado varias noches desde que siento que hay alguien en mi casa, pero ¿Quién podría ser? Este departamento es tan pobre que no hay nada para robar, ¿Qué haría alguien aquí? La primera noche fue bastante extraña, solo ví que había un poco de leche derramada en el suelo y mis sábanas arrugadas cuando claramente yo las dejé estiradas por la mañana.
La siguiente noche, noté que faltaba uno de mis peluches, era un pequeño cerdito rosado hecho de felpa, mi favorito, amaba dormir con él.
A la tercera ya logré ver una sombra salir disparada a través de la ventana, pero cuando me asomé por esta no ví a nadie, no sé a donde pudo haber ido, o donde pudo hacer caído.
Cuando ya era casi la décima noche logré encontrar a ese molesto insecto que robaba mi leche y desordenaba mi hogar; Un gato negro.
Un segundo... ¿Un gato?
Me encontraba con una escoba en mano amenazando al posible ladrón que había irrumpido en mi hogar, pero al bajar un poco la vista sólo divisé a un pequeño gatito indefenso, el cual comenzaba retroceder ante mi presencia. ¡Dios, soy un monstruo!. Solté la escoba y lo acogí entre mis brazos con cariño, acariciando sus orejitas para que dejara de temblar, pero este solo saltó de mis brazos y huyó por la ventana.
Típico, todos huyen de Do.
Pero al siguiente día llegué a casa y lo ví allí, con un platito de comida vacío en su boca, dejándolo en el suelo con poco cuidado para luego alzar su mirada, manteniéndola en mi persona.
-¿Así que no pensabas abandonarme? Vaya, tú si que eres un buen compañero.-
Acaricié el pelaje del pequeño gatito y dejé un poco de leche sobre su plato, observándolo beber esta con gran emoción.
-Pobre... Has de tener hambre...-
Poco a poco comencé a encariñarme con ese gato negro, que con el tiempo descubrí (Gracias a su veterinario), que era una gata, una gata callejera la cual decidí adoptar y cuidar.
Al poco tiempo la gata (La cual decidí llamar Yami) quedó embarazada, por lo que tuve que conseguir un mejor trabajo como repartidor de pizzas para poder llevarla al veterinario constantemente, en el cual conocí a un guapo veterinario llamado JunMyeon, él atendió el embarazo de Yami completamente bien, pero al final de este, Yami tuvo complicaciones...
Al principio creímos que habíamos logrado salvar a sus gatitos, ella murió un poco después del parto, y poco después tres de los seis gatitos le siguieron al cielo, quedando otros tres con riesgo vital que, con muchos cuidados, logramos salvar.
Luego de la muerte de Yami realmente no quise más mascotas, por lo que seguía viviendo solo en casa por un par de años. JunMyeon, que ya conocía un poco de mi historia, me ofreció trabajar como su enfermero en su pequeña clínica, obviamente acepté el trabajo, luego de agradecerle unas mil veces.
Gracias a él obtuve mi primer trabajo fijo, el cual era mi motivo para levantarme cada día con una sonrisa, amaba mi trabajo.
***
Habían pasado 3 años desde la muerte de Yami, cuando un día las cosas volvieron a suceder; a veces llegaba después del trabajo y veía una que otra cosa fuera de su lugar, la ventana medio abierta, mi leche derramada, y todo aquello me traía recuerdos de Yami, haciendo doler mi corazón.
Un día llegaba del trabajo bastante feliz pues había atendido junto a JunMyeon un embarazo complicado de un pequeño conejo y su parto, el cual fue todo un éxito. Cuando abrí la puerta de mi departamento ví que todo se encontraba revuelto y al llegar a mi habitación, noté que había un pequeño bulto dentro de mi cama, un tanto temeroso me apresuré a destapar este, encontrándome increíblemente a un joven de unos 15-16 años, con unas orejas similares a las de un gato, sobre su cabeza castaña y una cola que no quiero saber a qué estaba conectada.
-Pe-Pero que demonios... ¡T-TU! ¡¿Quién carajos eres?!-
Grité asustado, y al parecer no fui en único, ya que pronto el chico dio un pequeño salto, observándome nervioso y comenzando a correr hacia la ventana lo más rápido que sus debiluchas piernas le daban, pero fui más ágil y veloz, atrapándolo con una brusquedad que nos hizo caer estrepitosamente al suelo, conmigo sobre él, pero gracias a esto pude apreciar como el chico comenzaba a temblar y sollozar.
-L-Lo siento... Y-Yo solo vine aquí p-porque este l-lugar es muy a-agradable... Snif snif... Lo siento...-
Hablaba entre sollozos el pequeño chico, lo cual me produjo un sentimiento de culpa, rodeando con mis brazos el delgado y moreno cuerpo del chico para así acunarlo contra mi pecho.
-Hey... Tranquilo... Lamento haberte asustado pequeño, no llores...-
Pero todo fue un vil engaño, el chico aprovechó mi debilidad para separarse de mis brazos y correr hacia la ventana, saltando por esta con una agilidad única de felinos, dejándome allí, en el suelo de la sala completamente sorprendido.
Había sido engañado por un extraño chico con orejas y cola de gato, que de seguro era un ladrón, debí haberlo golpeado cuando tuve oportunidad...
Ah, estos niños "Otakus" cada vez abundan más...
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【 Hybrid-Boy 】→ SooKai/KaiSoo
FanficDo KyungSoo jamás se esperó llegar a su hogar y encontrarse con que este había adquirido un nuevo inquilino. Un gato. Un gato que se transformaba en humano, un gato moreno, un gato que amaba la leche y el chocolate, un gato que, sin previo aviso, co...