Cap.1 /Wendy/

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Hola, mi nombre es Layla Cameronn, y estoy aquí para contar... bueno, una história muy especial y que más de una chica se tendría que aplicar... y no es por fardar, pero ya hay suficiente exceso de memas en el mundo para que las listas como nosotras las sigan.

Me refiero, claro está, a esa fantasía que tenemos des de bien jovencitas para que un príncipe aparezca en nuestra vida, nos salve de los dragón y se case con nosotras para siempre y comamos perdices (que por cierto... odio la perdiz, ¿Vosotras no? Tienen un sabor a pan tostado y berenjena podrida que... ¡ARGG! Nunca he entendido como la realeza se la puede comer tan a menudo, a la primera de turno). En fin, la cuestión es que nos hacemos mayores y nos pensamos que estos cuentos desaparecen de nuestra cabeza... ¡JA! Pepino frito para ti. Que va, ¿Os cuento que le pasa al príncipe? Que se transforma en el guapete del instituto, ese que va de chulo, desechando chicas, lanzándote piropos para que te rías como una tonta... y tu sigues pensando que eres la chica perfecta para él, que en el fondo te ama con locura y que hace todas esas tonterías porque tiene vergüenza de decírtelo, que os casaréis y serás la mujer más feliz del mundo tooooda tu vida. Si aún sigues pensando esto después de leer esta frase cargada de pura y afilada ironía, hazme un favor y madura. NO, eso no es lo que tiene en mente ese chico, cargado de hormonas y ganas de besuquear (por no decir otras obscenidades) a todo ser vivo que se le planta delante. '¡Layla, eso no es verdad, él es especial, no se les puede atar a todos dentro del mismo saco!'... vale, entonces sigue con la tuya, deja que te preñe y después me vienes a contar tu feliz luna de miel (si es que llegas a tener).

Lo que quiero decir es que se tiene que tener un poco de sentido común, un poco de dignidad y un poco de madurez... y esperarte a ser TÚ la cazadora. Layla Cameronn ha sido y será belleza... hasta los 37, lo sé, pero la cuestión es que he tenido a todos los chicos que he querido siempre, medio instituto se enamoró de mi, y sé que es así porque les he visto los ojos. En ese momento y con esas hormonas tan alteradas, solo hacía falta que yo moviera un dedo hacia abajo y él mismo se tiraba des del acantilado de al lado del instituto.

Por este hecho, nunca he tenido amigas. Todas ella, 'enamoradas' del primer chaval de turno, se daban cuenta de que bajo mi sombra no eran nadie. Ese problema me ha hecho... como decirlo, construirme un muro de piedra alrededor de mí. Vamos, me volví una borde. Eso hizo que los chicos, que tampoco son imbéciles, también se cansaran de no obtener nada a cambio más la pérdida de su 'virilidad' y dignidad. Así que acabé el bachillerato y pasé a la universidad, concretamente la UAB de Barcelona, para estudiar Márketing y publicidad. Estaba decidida a pasar toda mi vida sola, nunca nadie había querido estar conmigo solo por el simple hecho de estar conmigo... siempre había algo más, algo que requería de mi aspecto. Y, entonces lo conocí.

Estábamos en el mismo desdoblo en la clase de TP ('técnicas publicitarias'). Recuerdo la primera vez que lo vi, discutiendo con un erudito metomentodo sobre si el País de las Maravillas exsistía. Recuerdo también las crueles risas que esos imbéciles soltaban, mofándose de ese niño mayor de 21 años. Decidí ir a su rescate, así que me puse delante de él, pise el pie derecho del que me pareció el cabecilla del grupo y proferí, por si acaso, otra patada a su entrepierna. Los otros, acertando mis suposiciones, huyeron corriendo llamándome 'marimacho', 'camionero' y las típicas gilipolleces... yo, la persona más femenina del mundo, ¡La más bella!. Eché una risa al aire y me dispuse a llegar a clase antes de que ningún profesor se enterara de lo sucedido, pero dos manos me aprisionaron el tobillo. Era él, con su pelo formando un tupé con un vago estilo hipster y unos enormes ojos castaños llenos de ilusión. Me sonrió. Era una sonrisa medio avergonzada, medio pícara... pero cuando se iluminó por fin, me enamoró al instante. No podía dejar que eso aflorara, que me sonrojara como una tonta colegiala, así que simplemente me aclaré la garganta con una tos carrasposa. Él ensanchó más su sonrisa, como si ya me lo hubiera leído en la mente, y con una voz tierna y cálida dijo:

- Lo sabía, tu también crees en las hadas, verdad?

Y des de ese momento piensé en maneras de enamorar perdidamente a Aleix Coleraine, mi Peter Pan. Por lo que sabía (y sé), yo ya lo amaba perdidamente.

Al llegar a mi piso de estudiante en el campus universitario, me encontré con un panorama un poco desastroso por parte de la que iba a ser mi compañera de habitación... Charlotte Letkins. Chica de 4o año de carrera periodística, empezando la tesis y... increíblemente bajita y desordenada. Me la habían colado a mi porque soy de madre inglesa, así que no tendría ningún problema de comunicación. Bueno, a lo que íbamos. Me encontré a Lottie tirada en el suelo de piernas abiertas (no abiertas a lo... abiertas, sino en plan gimnasta, una cosa increíble), con un montón de piezas de madera del IKEA tiradas por el suelo y un té colocado estratégicamente e uno de los pilares mal construidos que en teoría tendrían que formar parte de una estantería. Sin decir nada, entré, dejé mi bolsa en la habitación y me dispuse a prepararme la comida cuando...

- Nice to meet you, darling, my name is Lottie and... bla, bla, bla... bla, bla, bla, amazing, bla, bla, bla.... - dios, juro que nunca hubiera pensado que una persona tan pequeñita como Lottie pudiera hablar tanto si no la hubiera conocido a ella.

Le dije a todo 'yes' y me encerré en mi cuarto con los spaggettis a la boloñesa incluidos. Una vez me los acabé, me instalé en el escritorio a idear fríamente la manera de ganarme el corazón de ese niño mayor, que cayera en mis redes... ya sabéis, quería cazarlo como fuese. Pensé en hablarle la mñana siguiente en la cafetería, a la hora del café en punto, la única hora que la cafetería de publicidad estaba FULL. Los publicistas toman mucho café, por la mañana. Así no levantaría sospechas. Plan perfecto. Cerré las luces de navidad (nunca me ha gustado tener la habitación muy iluminada), y me fuí a dormir.

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Hola, Gina al habla:

Esta es mi nueva propuesta para una novela... si la descubres y te gusta (o no), por favor, hazmelo saber, me interesa tu opinión y es decisiba a la hora de seguir con la novela o no. La de a foto es Layla Colemann, caracterizada por Juno Temple. Gracias por leer, hasta la próxima (necesitaría como mínimo 5 likes para seguir... esto es solo para mantener un ritmo, gracias :) )

ATT,

Ginny_Means

Peter Pan, mi amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora