II

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Por los siguientes días Gótica parecía tranquila (para ser Gótica, claro), aunque Batman nunca bajó la guardia, esperando la visita del emisario de la Corte, al décimo día su espera se vio recompensada.

En lo alto de la Torre Wayne, desafiante, estaba el Talon.

- ¿Qué quieres, cerebro de pájaro?

- La Corte te ha sentenciado, Batman, debes morir. Elije: rápido e indoloro, o lento y cruento.

- Para eso, deberás vencerme primero tt

- Dalo por hecho.

Era una lucha totalmente igualada, similares en fuerza y agilidad, parecían haber recibido incluso un entrenamiento similar; golpes, fintas, dagas volando por todos lados, la canción de la katana... a cada choque de las dos oscuras figuras uno podía oír el silencio del mundo, atento solo a la batalla que se realizaba sobre la torre. Por fin, Batman había acorralado al Talón contra una pared y se preparaba para cargar una última vez cuando un movimiento de su contrincante lo paralizó de sorpresa, ante sus ojos, el Talon había escapado... realizando un cuádruple salto mortal...

Era imposible, sólo una persona el mundo podía efectuar ese movimiento, pero no, él había muerto en esa explosión, Damian lo sabía, había estado ahí... lo había enterrado...

- ¿Gray... Grayson? ¿Eres tú... Dick?

- Richard Grayson está muerto, lo sabes, Batman.

Mientras hablaba Talon volvió a atacar al confundido vigilante que respondía apenas a los golpes que recibía, hasta que algo estalló en su mente y comenzó a tacar más que defenderse. Tenía un objetivo en mente y no iba a detenerse hasta lograrlo.

Por fin, un golpe certero de Batman impactó en la máscara del Talon quebrándola en dos pedazos, uno de los cuales cayó, revelando el llorado rostro de su hermano, de Dick. Pero había algo diferente en él, no era el rostro amable y alegre que conocía, ni el rostro serio de cuando tomó el manto de Batman... era una expresión vacía, fría, que lo miraba sin piedad y con obvias intenciones asesinas.

Damian se encontraba en shock, realmente había deseado equivocarse, había esperado, anhelado que quien estuviera tras la máscara no fuera ÉL, que no fuera... pero si era él, si él estaba ahí... eso significaba que estaba vivo, quizá podía hablar con él, convencerlo de...

Un fuerte golpe lo devolvió a la realidad, cualquier plan de reencuentro y reconciliación debía esperar, por el momento, debía concentrarse en seguir vivo. Cosa que el Talon no le estaba haciendo fácil, sobre todo con la confusión en la mente de Batman,confusión que no lo dejaba centrarse en lo que hacía, lo que provocó que su contrincante viera la oportunidad y diera un golpe que lo mandó volando por el borde de la azotea, cayendo, cayendo, cayendo... hasta que reaccionó y accionó su pistola de garfios y logró detener la caída, estampándose contra el edificio y perdiendo el aliento. Lentamente se arrastró hasta el batimóvil, consiente dela figura que lo observaba impertérrito desde lo alto del edificio, esperando su siguiente encuentro.

De Aves y MurciélagosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora