Nueva York, 1943

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 — Ya te dije que no Adelain. — Dijo mi madre frustrada al responder por quinteaba vez mi pregunta. — No me gusta que andes por las calles de madruga y mucho menos en unos de esos bares. — Rode mis ojos enojada, a la respuesta de mi madre, ella prendió la estufa para preparar la cena. 

Tal vez soy la única mujer de 20 años que pide aun permiso  a su madre para salir a un bar a la media noche para bailar un poco de swing. 

 — Vamos mamá, no he salido desde hace un tiempo, ya ni se lo que es disfrutar una  noche. —  Dije quejándome pero sonando triste, aunque en parte es cierto hace años no salgo desde que la guerra comenzó hace 3 años mi madre se a tomado muy enserio, mi protección. 

 — ¡Que no Adelain!. —Dijo furiosa, solté un suspiro enojada y camine a la sala y me senté en mi sillón. No sé si me estoy volviendo una inmadura por querer ir  pero tengo que ir a ese bar, yo lo necesito. 

Una luces iluminan mi casa y supe que eran mi amiga, bueno tal vez apenas me est entrando mi etapa de rebeldía pero...  — ¡Mamá no me esperes temprano!— Tome mi chamarra color blanco y corri a la puerta, al cerrarla un grito de furia de mi madre es escuchado.

— ¡ADELAIN!.— Mi madre abre la puerta  de la casa y corre al auto.

— ¡Vamos arranca!. —  Rebecca asustada pisa el acelerador y así nos alejamos de mi casa, no puede ver el rostro de mi madre pero de seguro estaba furiosa.  

  — ¿Pero que mierda hiciste Adelain?. — Dijo Rebecca mientras soltaba una risita. Sabia que iba a morir cuando llegara a casa. 

— Solo dame un cigarro, por favor.—  Si esta sera la unica vez que salga que sea memorable. 

— Como usted mande.— Dijo para pasarme un cigarro. 

Al llegar al bar había una gran final, no por nada este bar era uno de los más famosos, era la gran música en vivo que presentaba, esperemos como los demás un gran tiempo hasta que las grandes puerta de color carmesi se abrieron ante nosotras, el aroma de cigarro y vodka nos dio la bienvenida. 

— ¿Qué te parece un trago?.— Dijo Rebecca a lo que respondí con un gran si. Caminamos a la gran barra para pedir un preparado de vodka, así paso la noche pidiendo varias rondas, hasta que entramos a la pista de baile, no parábamos de bailar al sonido de las trompetas.

— Oh, Rebecca no te import...— Mire hacia ella pero se encontraba muy bien acompañada de un chico blanco y alto de cabello castaño, asi que mejor camine hacia la salida de atrás para fumarme un cigarro. 

Al salir el clima estaba hermoso, nublado y corría una brisa helada pero no lo suficiente para congelarme o tal vez de tanto bailar el frió no me hacia nada. 

— Mira nomas el trofeo que tenemos aquí. — Pronuncio un chico de pelo negro que tenia a otro dos hombres enseguida, seguí en mi asunto y tome una calda de mi cigarro. — Mujer. — Pronuncio de nuevo.

— ¿Por qué no te callas?. — Tal vez piensen que soy una agresiva pero vivo en un país machista que a las mujeres las tratan como simple objeto. —¿Trofeo? no idiota no soy un objeto que sirve como prueba de una noche de copas. — El hombre me miro enojada, ya que era raro cuando una mujer respondía de una manera asi al sexo opuesto. 

— ¿Qué acaso tu mamá no te educo como es debido?. —  Fue ahi cuando mi inyección de valor se bajo hasta mis pies porque tenia miedo, el hombre estaba a dos pasos de mi y sus amigos sacaron navajas. 

 Me gire en dirección a la puerta pero uno de ellos me toma de mi brazo y me jala al suelo, queria gritar pero me tapa la boca con sus manos.— Te enseñaremos a respetar a tus patrones, querida.— Tenia el corazón al tope, pataleaba y me movía con todas mis fuerzas para quitarlo de mi, sus manos se metieron dentro de mi vestido acariciando mis muslos, las lagrimas salieron de pronto. 

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2016 ⏰

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Jerome's The Type. || Jerome ValeskaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora