Tus ojos (Soneto)

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Cristal genuino que dentro guardaba
un manantial de perdón infinito.
Y sin fe, cuando lo creía mito,
muestra el destino lo que fraguaba.

Brillantes cual mil noches estrelladas.
Insondable como rumbo de viento.
Tan bello como aquel viejo cuento 
que une dos almas enamoradas.

No sé si fue obsequio de la luna,
O era la señal indubitable
para que encontrara mi fortuna.

Entre tantas miserias y despojos,
de los que soy culpable y testigo;
me pierdo en mi refugio: Tus ojos.

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