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Hermano

Cuando sé es pequeño y los niños de tu edad no quieren ser tus amigos lo único que te queda para tener una linda y duradera amistad es hacerte amigo de tu hermano; TaeHyung tenía un fuerte lazo de hermandad con su hermano mayor. Salían a jugar al gran jardín de su casa, hacían pijamadas siempre que no tenían sueño. Y podían jugar desde el inicio del día hasta el final. Era muy divertido tener de mejor amigo a tu hermano mayor.

Pero NamJoon era un chico genio, con un alto coeficiente intelectual; tanto que llegó a los mejores 10 promedios de toda Corea del Sur. Sus padres estaban orgullosos, al igual que el pequeño calvo. Todo era feliz.

"Siempre seremos amigos, TaeTae. Siempre estaremos juntos".

Y TaeHyung le creía pero siempre pasa algo, no cosas mala para NamJoon pero sí para el pequeño calvo; perder a su mejor amigo y hermano siempre fue su mayor miedo. Él sólo tenía tres añitos y desde temprana edad los niños no se juntaban con él.

NamJoon se ganó una beca para estudiar en Nueva Zelanda, con sólo ocho años de edad, él era muy inteligente. Pero también era un niño, y le hacía sentir mal dejar a su pequeño hermano sólo, y más aún sabiendo que él era el único que sabia la condición poco social de su pequeño hermano.

El día que fueron al aeropuerto, Tae lloró mucho, su sonrisa cuadrada ya no estaba y la reemplazaba una mueca cuadrada, junto a sus tiernas lágrimas y berrinches, agarrado en la piernita de su hermano mayor.

"Volveré, TaeHyung. Y seremos más inseparables que nunca".

Le dijo, pero el pequeño Tae ya no quería creer nada; ya le dijo una vez que siempre estarían juntos y se estaba yendo, lejos de él. Muy lejos.

Cuando NamJoon llegó, TaeHyung ya tenía trece años y Nam tenía quince años. El ya no calvo niño ya no lo quería como antes, lo veía como un hermano solamente, pero no como su amigo. No como su mejor amigo.

A TaeHyung le dijeron que volvería luego pero para el pequeño "luego", significaba de inmediato, no siete largos y tortuosos, y por qué no decir, divertidos años. Cada vez se acordaba menos de su hermano, y cuando llegó no lo reconoció; ya no quedaban los rechonchos cachetes, los rollitos en su panza ya no estaban. Ahora sólo había un plano abdomen, delgado, completamente delgado. Lo único que reconoció fue sus llamativos hoyuelos en sus mejillas... Y el color de su piel algo más morena.

"TaeHyung, llegué. Te extrañé mucho, hermano".

Cuando escuchó aquello rodó los ojos y salió corriendo a su habitación, encerrándose con llave y llorando hasta el otro día. No sabe por qué, pero cree que fue lo mejor. Nunca se sintió tan liberado.