Adaptarse.

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-Tira el bolso en la parte de atrás si quieres- hice caso omiso a sus ojos mirándome como si fuera un bicho raro y deje mi bolso en la cajuela de la vieja Ford, algo sucia con tierra-

Me subí en el asiento del copiloto replanteándome si esto había sido una buena idea.

-¿Eres de aquí?- me pregunto mientras que terminaba de acomodar mi cinturón.

-No, en realidad es la primera vez que vengo- sonreí, disimulando mis nervios.

-Oh..- dijo sorprendido- ¿Y vienes sola?

-Em.. si- dije y tome una pausa, no pensaba hacer terapia con un extraño que recién conocía sobre todo lo que intentaba olvidar.- Es una larga historia- finalice.

-Para que sepas, no suelo subir extrañas a mi camioneta- dijo- Y no soy ninguna clase de asesino serial, si eso piensas- sonrió, joder, tenía una linda sonrisa.

-Oh, tranquilo, a metros de distancia se nota que no eres ningún tipo de Freddy Krueger – reí.

-Estaba pensando en cambiar mi corte, tal vez sea eso, ¿Qué dices? – me dijo sin apartar la vista de la carretera, note que nos alejábamos del centro de la ciudad cuando los edificios y luces fueron desapareciendo-

-No creo que sea el corte- dije y observe su cabello, estaba algo desordenado y por la poca luz que había en la carretera por la que íbamos supuse que sería de un tono cobrizo- Tal vez simplemente no sirves para el papel de malo- reí.

-Oh... me ofendes- hizo un gesto de disgusto, me pareció muy cómico- ¿Y cómo te llamas?

-Alex…-pensé en decirle mi apellido, pero no, mejor no- Solo Alex.

-Bueno, “Solo Alex”, mi nombre es Jared- Sonrió y me hizo reír, su sonrisa era muy dulce.-

Me quede mirando la carretera, no sabía ni lo que estaba haciendo en este momento pero no se sentía tan mal como había pensado.

-¿Vas al centro de la ciudad?- pregunto-

-No, en realidad no sé dónde voy, simplemente me aleje de Manhattan- dije, no sonando muy convencida, pero era verdad, no sabía a donde me dirigía-

-Si gustas puedo ofrecerte asilo hasta que encuentres un lugar donde quedarte- sonaba muy convencido y note por su tono de voz, que solo trataba de ser amable y no con alguna pretensión-

-No quiero ser molestia para nadie, enserio, si conoces algún Motel barato preferiría pasar la noche allí- dije aunque luego me mordí la lengua, no, no quería pasar la noche en un motel de mala muerte, rece porque aquel extraño insistiera-

-No serias molestia- agrego- A mis padres les encanta recibir visita, no creo que tenga problema alguno si necesitas quedarte un tiempo-

-Bueno, pero solo por un tiempo- dije sonando no muy convencida-

El resto del camino hablamos, Jared era simpático y se notaba a kilómetros de distancia que no era un chico de ciudad, estudiaba y buscaba encontrar una beca para entrar Columbia, repitió varias veces lo orgulloso que su padre estaría si se enterase que su hijo pudo cumplir su sueño de estudiar Derecho ya que él no se había podido dar el gusto de hacerlo. Me gustaba escucharlo hablar, notaba un destello de ilusión en sus ojos, me recordaba a mí, cuando hacía todo para complacer a mis padres, no como en los últimos tiempos que me había vuelto una carga, reprimí ese pensamiento de mi memoria, pensar en ellos me afectaba.

Jared abrió mi puerta invitándome a salir del auto y eso me ayudo a volver a la realidad, baje y me encontré frente a una gran casa ubicada en el medio de un gran terreno descampado, el lugar era amplio y recordé a las zonas agrestes que aparecen en las publicidades de ganadería. La casa no era muy grande, pero si era linda, no pude apreciar mucho sus colores por la oscuridad de la noche, pero pude notar dos ventanas frontales al estilo inglés y una gran puerta de madera color caoba.

Run away with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora