I-El trato del Diablo

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Ella necesitaba llorar. Llorar como si el olor de una cebolla le entrara en los ojos hasta llegar al cerebro. Ella necesitaba desahogarse y no sabía cómo. Buscaba cualquier cosa para distraerse pero era inútil. Las ilusiones, la esperanza, la alegría de un mensaje suyo... la satisfacción de ver una sonrisa en su cara por algún acto que hizo ella por él, ya sea comprarle capricho o ayudarle a conseguirlo. Esos momentos, las risas hablando por cualquier chorrada que a ambos se les pasara por la cabeza. Esos juegos tontos de hacerse los malotillos y los sensuales pero acabar mofándose el uno del otro por la vergüenza ajena que causaban. Era la primera vez que ella podía disfrutar de aquello y expresarse libremente, sin temor a que la juzgaran. Es más, cuando él lo hacía, a ella le gustaba. Le daba más fuerzas para seguir con la idea de ser ella misma, y no otra. Era la primera vez que lloraba de alegría. Que lloraba por haber encontrado a alguien como él. Lloraba por todo. Llorona. Así se describía a sí misma. Llorona. Llorona empedernida que a veces parecía que estaba completamente borracha. Borracha de amor. Borracha de decir cursiladas asquerosas y que sonaran bonitas. Borracha de beberse sus palabras como una droga, al igual que estaba borracha de sus abrazos, sus miradas y en fin todo lo de él.

Pero todo... todo se desvanecía al tiempo que él gesticulaba las palabras "Es lo mejor para ti. Si seguimos juntos te haré más daño." Esas palabras las grabó en su mente como el sentimiento que le causó ser mucho más rencorosa. Todo el sacrificio en cumplir los sueños... tirados por la borda. Utilizada y machacada se sintió peor que nunca. Él también lloraba. Seguía llorando. Sintió como si le arrancara el corazón, lo aplastara hasta quedar más fino que un folio y con simples y suaves movimientos de la mano lo rompiera en mil pedazos.

Cayó al suelo. Dejó de latir.

La gente le decía que le olvidara. Que ella era demasiado para él y que él era muy poco para ella. No sabía qué hacer. El tiempo cambia y las, las personas mienten, pero nunca pensó que alguien a quien ella adoraba tanto fuese capaz de hacerle algo así. Uno metía mierda, otra creaba bolas de palabras poniéndola en boca de otros cuando no era así. No sabía nada salvo una cosa: Ella le quería, ella le respetó, ella le ayudó, ella le apoyó y ella luchó hasta el final, hasta que él la echó de su vida.

Ella miró hacia adelante. A veces giraba un poco la cabeza, pero día tras día se le formaba un collarín alrededor de su cuello, impidiéndole volverse. Miraba hacia adelante, con la cabeza alta, los hombros hacia atrás y una mirada bien firme. Siempre le querría, pero destrozó lo que ella más amaba. Sabía que lo pagaría. Tarde o temprano, el boomerang le daría en toda la espalda y le atravesaría el cuerpo partiéndoselo en dos y, en ese momento, ella no estaría para ayudarle.

No le deseaba mal a nadie, su conciencia estaba tranquila pero no podía evitar sentir el rencor invadiéndola por dentro.

Cierta noche, decidió salir a dar una vuelta y despejarse. Hacía algún tiempo desde que ocurrió todo esto, pero recordarlo aunque fuese mínimamente le provocaba bajones de los que quería salir. Cruzando por un paso de cebra, observó a una anciana que transportaba unos libros en la mano. Se giró y ambas se quedaron mirándose recíprocamente unos instantes hasta que la aparentemente inocente anciana susurró unas palabras que no pudo la muchacha descifrar. Tras decir esto, dejo caer un libro envuelto en piel al suelo. La muchacha automáticamente lo recogió y al levantar la vista para devolvérselo no encontró rastro de la anciana. Es como si se hubiese evaporizado por arte de magia. "No debe de andar muy lejos", pensó, asique se dispuso a recorrer las próximas cuatro manzanas a la redonda.

Dos horas después, ni rastro de la anciana.

Pasó por un restaurante turco y encargó un kebab para llevar. Comenzó a llover. Pensó que era casualidad, pero siempre que su estado anímico decaía llovía, tronaba y eso le hacía sentir incómoda.

Agthae 29Where stories live. Discover now