Si te dieran a elegir ¿que escogerías? ¿Qué es lo que prefiere un alfa? ¿Un mate o un cachorro?
Los alfas nunca tienen que elegir, siempre obtienen los dos, pero... ¿que pasa cuando un alfa deja embarazada a su mate por una apuesta? Eso sin que amb...
Mis ojos se abrieron de par a par al ver a la loba que tenía enfrente, no necesitaba escuchar a mi lobo para saber porque estaba tan inquieto, ni siquiera sentir ese olor a menta y bosque delicioso que se mezclaba con el olor de mi cachorro, haciéndolo el más exquisito aroma de todos, esa cachorra era una loba negra, mi destinada, mi mate, la loba que tendría a mis cachorros, porque ahora estaba claro, yo no tendría que seguir el tratado de alfas, podría tener los cachorros que quiciera y todos serían lobos negros, quizás blancos por mi madre o mi abuelo, aunque considerando lo que significaría lo dudaba un poco.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La cachorra quedó inconsciente en su forma lobuna, aunque sabía que mínimo debía permanecer así almenos veinte minutos, me acerqué a ella cargándola y llevándola a mi recámara, su pelo era suave y sedoso, no cabía duda de que era simplemente perfecta, al verla de frente vi que tenía un pequeño rombo en la frente color blanco, un lindo detalle aunque a la vez extraño, por lo general los lobos eran de un solo color en la cabeza y lo que tenían blanco eran las patas, el pecho o el lomo.
Llegue a mi recámara colocándola entre las sabanas, si bien sabía que se despertaría a la defensiva, una ves que los más jóvenes de una manada se convertían en lobos, sus lobos comenzaban a cambiar su actitud y ella siendo una loba negra seguro que su loba tendría un carácter imponente, probablemente aquella cachorra dejaría de ser sumisa con cualquiera, aunque quizás tuviera que tomar el asunto en mis manos.
Sabía que era muy probable que se quedara dormida toda la noche, la primera transformación acababa con casi todas las fuerzas vitales de un lobo, más el problema aquí era que esperaba un cachorro, mi cachorro. Pase una de mis manos por su cedoso pelaje negro, era extraordinario y su olor exquisito, me acerqué a su cuello oliendo su fragancia, su pelaje hacía cosquillas en mi nariz, pero no me importaba, esa cachorra era mía y solo mía, ahora todo tenía sentido, mi posesión de ella en la fiesta, el que evitará que le hicieran algo más que to... Mi lobo soltó un gruñido, era un idiota, tendría que hacer que Calvin borrara el Estupido video, ya nada podía hacer, merecido lo tenía, bien podría decirle a mi padre lo que había pasado aquí... Era tracion no avisar de una transformación, más podría dejarlo pasar, al menos por esta ves tratándose de mí mate y la futura luna de la manada, sin mencionar la fiesta.
Su pelaje comenzó a desaparecer y en pocos segundos fui capaz de sentir su piel bajo mis labios, seguía incontinente, pero sabía lo que mi lobo quería, por qué me había controlado al estar con ella la primera ves, después de todo mi marca solo le pertenecía a mi mate, si bien podría esperar, sabía que me costaría trabajo, así que esto me lo haría más fácil, por lo mientras ante mi presencia una ves marcada su loba se doblegaría ante mi lobo y al ser su mate sería completamente sumisa, eso sin contar que los cachorros unen más a los lobos.
Acerqué mis labios a su cuello pegando mi cuerpo a su espalda y rodeando su vientre atrapando sus manos con las mías para evitar que se moviera, comencé a besar su cuello, pequeños quejidos salieron de sus labios, mientras yo comenzaba a darle chupetones en la unión de su cuello con su hombro dejándolo rojo, preparándolo para lo que vendría, comenzó a removerse en la inconsciencia más no me detuve y seguí besando su cuello, de un momento a otro mis colmillos salieron dejando sentir la ponzoña que la marcaría como mía en mis papilas, no me pude contener y sin contemplación alguna encaje mis colmillos en su cuello, instintivamente ella despertó y soltó un grito de dolor.
