Capítulo 2

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Desperté con esa canción que tanto me gusta, con un ritmo animado y tranquilo; sin muchas ganas me senté en la orilla de la cama observando el vacío por unos instantes para luego encender una pequeña lampara de mi habitación. Me dirigí al baño y me lavé los dientes, pasé unos dos minutos pensando en la inmortalidad del cangrejo y viendo mi imagen en el espejo, observando lo que me diferenciaba de todos encontrando la vista con eso ojos tan desiguales, recordándome lo que hace mucho tiempo había sido.

De un momento a otro recordé lo de la tarde anterior... Yo, corriendo lejos del alcance de Armin después de gritarle lo despreciable que yo era.

Mi rostro se tornó un poco rojo en el espejo, mientras esa parte infantil y vergonzosa que tanto odiaba salía a flote mientras pensaba, "¡dios mío!, ahora ¿qué voy a hacer?, no puedo verle a la cara después de lo que le dije".

Después de un baño regresé a la habitación y revisé la hora.

— ¡7:25!— grité— ¡no puede ser!, no puedo llegar tarde— poco a poco intenté calmarme—. OK, tengo 5 minutos.

Me moví lo más rápido que pude y en poco tiempo llegué a la escuela. Entré al salón y me senté en una silla lejana.

Así pasaron las primeras tres horas, hasta que... ¡Al fin!, hora del almuerzo.

No quería ver a nadie que me arruinara el almuerzo, así que fui a un lugar donde casi nadie iría... La azotea. Como era de esperarse de una escuela tan grande, tenia una azotea muy espaciosa.

— Momento de relajación — dije suspirando con un tono muy leve.

— ¡Con que aquí estás!— escuché y una gota de sudor frío recorrió mi frente.

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