Voces

127 14 0
                                    

Tras el comentario de el rey Belal, no pude evitar traer recuerdos desagradables de aquella noche en las mazmorras, no sé exactamente cuánto tiempo estuve en silencio, pero un leve susurro me hizo voltear y mirar la isla, mi nombre...había escuchado mi nombre, pero era imposible, debía de estar delirando por tanto golpe , centre mi atención en nuestro captor, Yuuri estaba frente a mí en posición de ataque, maldición tan mal estoy como para que un enclenque tenga que protegerme de un insignificante humano, una carcajada de parte de Belal me obligo a poner atención en la conversación.

-que pasa su majestad sorprendido por la respuesta,- Belal había tomado la espada de uno de sus subordinados y apuntaba la garganta de Yuuri.

-solo somos tus títeres ¿no?...pues estas equivocado si piensas que aprobare un acto tan repulsivo como dar mi sangre para tus fechorías.- grito Yuuri, esto solo logro que la espada rozara su cuello, un hilo de sangre comenzó a bajar por su morena piel.

Ahogue un gemido de terror, Yuuri sin embargo a pesar de sentir el corte demasiado cerca no se atrevió a mostrar miedo ni dolor en su rostro, no sé si sentirme orgulloso por él, al no dejarse doblegar, o, asustado por su impertinencia, estuve a punto de gritar a Belal, cuando la sensación de alguien abrazándome me inundo, y nuevamente aquella voz me llamo, voltee sorprendido, pero no había nadie.

-eso dice ahora su majestad, pero, me pregunto qué pasaría si-se ha acercado y me ha tomado por los cabellos mientras lleva la espada a mi garganta.

-déjale Belal...esto es entre nosotros-

-y bien su majestad, ¿qué dice? ¿Su sangre a cambio de la vida de su amante?

-no yuu...uri...no dejes que...- no termine de hablar, una explosión cercana a nuestra posición nos sorprendió, gritos de algunos soldados informando la presencia de barcos de sin makoku me arranco una sonrisa de esperanza.

Belal con furia me arrojo contra el suelo, escuche a Yuuri gritarme un "¿estás bien?" Y "maldito cobarde como te atreves", después de aquello todo que do en un silencio sepulcral, veía a mi alrededor a los soldados de gran shimarron correr de un lado a otro con sus armas, veía como Belal daba órdenes y como Yuuri se acercaba a mi mientras sus labios se movían pero no emitían ningún sonido, la confusión y el miedo al creerme sordo por el golpe, me atormento, sin embargo, nuevamente la sensación de ser abrazado por detrás me desconcertó.

Wolfram...wólfram...rápido...se acaba el tiempo

-¿Qué?- ahora recuerdo, esa voz, recuerdo aquella voz aterciopelada, se trataba de aquella mujer, el antepasado de su majestad von Hertz. Pero, ¿Por qué? Dijo, ¿tiempo? pero ¿a qué se refería?, levante la vista, en dirección a la playa, y ahí entre los tantos soldados cerca de una de las palmeras estaba ella, con un vestido azul claro y sus cabellos azules como el cielo moverse con el viento, mirándome fijamente.

-Wolfram, ¿estás bien?- voltee al escuchar nuevamente la voz de Yuuri, me miraba preocupado, y nuevamente hacia donde hacia visto al espectro pero, este ya no estaba.

- debo de estar alucinando.-murmure

-¿pero de que estás hablando Wolf?.

-esos malditos mazoku, no creí que nos alcanzarían tan pronto- Belal se acerco nuevamente a nosotros y nos miro con furia- no importa, esto solo adelantara los planes.

Dos soldados nos han tomado y obligado a subir a uno de los botes pequeños, Belal se mostraba ansioso, como un niño que se le va a entregar un regalo, mire nuevamente al mar vislumbrando como se llevaba a cabo una batalla en mar. Cuando llegamos a tierra una escolta nos rodeo y obligo a seguir a Belal quien al parecer sabía perfectamente qué camino seguir.

DespertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora