Capítulo 1: Amelia

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Todos me llamaban solo por mi nombre, Amelia, pero nunca le dije a alguien que en realidad me sentía mucho más a gusto cuando me decían Amie. Esta vez, evidentemente, es la excepción, espero que tú siempre me recuerdes con ese apodo. Cumplí veinticinco años de edad hace unos meses y es horrible, ya no quiero seguir cumpliendo años, no quiero envejecer. Me hubiese encantado ser una niña por siempre, pero la realidad es dura y hay que enfrentarla. Hablando de mis gustos, desde que era muy pequeña me fascinó el arte, y tras años de práctica ahora puedo decir que soy una artista hiperrealista. Sé muy bien que todo artista se inspira y motiva por algo, y ese algo para mí fue desde un comienzo El Rey del Pop. Él no está ligado directamente a la pintura o al dibujo, obviamente, pero fue su música y su intento de mejorar siempre (que sin duda logró con creces) lo que principalmente me motivó a seguir mis sueños sin importar qué. Como ya has imaginado, mi tema favorito al pintar era mi ídolo.

La noche estaba fría, pero no insoportablemente helada. Llevaba 2 horas pintando al ritmo de mi gran inspiración, hablo de Michael Jackson. En ese instante sonaba a través del reproductor de música la canción "Jam" y era para mí imposible reprimir el movimiento de mi cuerpo siguiendo la melodía. Toda aquella pieza musical era tan agradable para mis oídos, tan energizante y vibrante... Mi pintura ya estaba casi terminada, en esta representé una escena fantástica que tenía como protagonista a Jackson en una de sus mejores giras mundiales, el Dangerous World Tour. La miré atentamente, dando unos pasos hacia atrás para contemplarla mejor. Inmediatamente se me vino a la mente cómo hubiese sido estar allí, justo en ese preciso momento...

Lamentablemente nunca tuve la oportunidad de asistir a un concierto de este magnífico artista, la única vez que estuvo en mi país yo apenas había nacido, esto fue exactamente en el año 1993. Siempre me sentí frustrada por tener esta mala suerte de haber nacido en una época tan posterior a los inicios de la carrera musical de Michael, deseaba tanto haberlo conocido desde su participación en Jackson 5 hacia el resto de su vida... Es que no me dejaba de sorprender, simplemente era un genio en todo lo que se relacionase con la música, el baile y los medios audiovisuales. Y qué decir de su carácter humanitario, tenía un corazón gigante. Lo admiraba tanto... Lo extrañaba a más no poder, me sentía muy vacía desde que el mundo se enteró de su muerte. A pesar de que ya casi se cumplirían 8 años de su partida, aún me sentía incrédula a este acontecimiento. ¿Cómo es que pudo morir El Rey del Pop? ¿Cómo es posible que nadie lo evitara? No lo podía comprender, pero prefería evitar pensar en ese deprimente 25 de junio de 2009, puesto que cuando lo hacía sollozaba todo el día.

Me volví a concentrar en la pintura, solo faltaban unas cuantas pinceladas para que estuviera terminada, así que mezclé los colores correspondientes en la paleta y apliqué el resultado con delicadeza y precisión en la obra. Ya estaba finalizada (aunque siempre agregaba a todas mis pinturas pequeños detalles después de que estuviesen "terminadas") y la observé un largo rato, no me conformé por completo con los resultados, como siempre, pero estaba convencida de que con la práctica pronto llegaría a la perfección que tanto anhelaba.

Miré el reloj de la pared y solo faltaban veinte minutos para la medianoche, por lo que guardé todos mis materiales y posteriormente me dirigí al baño. Sabes a lo que me refiero, las necesidades básicas, cepillarse los dientes, quitarme toda la pintura que tenía encima, etcétera. Ya estaba en la cama con el pijama puesto cuando quedaban cinco minutos para la medianoche. Cerré los ojos y respiré profundamente, estaba agotada. Lo último que pasó por mi mente antes de quedarme dormida fue aquel concierto del 93 que solo pude ver a través de vídeos. A mis 25 años, aún fantaseaba con cosas imposibles por las noches; una de ellas era estar en ese concierto. Me sumergí en un sueño profundo, dormía plácidamente cuando de pronto comenzaron a sonar campanadas, supuse que ya era medianoche. Posterior a aquellas campanas, oí repentinamente el ruido de un vidrio quebrándose y de la nada aparecieron gritos eufóricos que me ensordecieron. Abrí los ojos de golpe totalmente confundida, y cuando mi vista ya no estaba nublada me di cuenta del lugar en el que estaba...

Viaje de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora