Simplemente no puedo

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No puedo creerlo. Simplemente no puedo.

La única persona que pensé que nunca se rendiría, se rindió. Alguien que nunca pensé que mostraría debilidad, se arrodilló ante su enemigo. Alguien que siempre encontraba una salida, admitió que no se podía hacer algo más... Alguien que pensé que siempre se mantendría de pie, no importa la situación, cayó.

No podía moverme, estaba clavada en mi lugar, viendo como la espada, que hace unos momentos empuñaba el vikingo vencedor, sobresalía de su espalda en una forma enfermiza; la mitad enterrada en lo que sería su columna vertebral. No podía hacer cosa alguna, simplemente ver impotente como la sangre empezaba a brotar de la enorme herida y bajaba lentamente, pero formaba un charco de una gran diámetro en las desgastadas piedras a una alarmante velocidad.

Esos ojos... Esos hipnitizantes ojos verdes que lentamente iban perdiendo el brillo de vida. Si te los quedabas viendo podías ver el esfuerzo que le costaba quedarse despierto, estaba luchando. Él me miró directamente a los ojos y entonces entendí la razón de su lucha. Una sola mirada bastaba para entender el mensaje que quería entregarme; una sola palabra pero llena de tantos sentimientos.

Protégelo.

Aún si el no me lo hubiera pedido, yo lo habría hecho sin dudarlo. Di un ligero asentimiento con la cabeza, apenas distinguible pero él logró captarlo. Una leve sonrisa apareció en su rostro demostrando alivio y en sus ojos se podía leer claramente gracias.

El cielo estaba lleno de dragones, amigables por suerte. Podía distinguir Deathly Nadders, Hideous Zipplebacks, Gronckles, Monstrous Nightmares y Terrible Terrors, en resumen, los dragones de Berk.

Entonces eso significa...

Mis sospechas fueron confirmadas al escuchar el característico grito de lucha berkiano. Una sonrisa hizo su camino a través de mi rostro pero desapareció cuando posé mis ojos sobre su cuerpo. ¿Cómo les daré la noticia a todo el mundo?

_Astrid _sentí una mano reposar en mi hombro. Por instinto levanté la daga que seguía en mi mano, lista para clavarla en quien dijo mi nombre. Me di la vuelta y al reconocerlo detuve el recorido de mi brazo, la punta de metal a escasos centímetros del rostro de Fishlegs.

_Wow, tranquila, solamente soy yo _dijo ligeramente alterado levantando las manos en forma de rendición.

Verlo aquí me llenó de un alivio, claro que nunca lo admitiría. Pero siendo él, Fishlegs tenía que empezar a hacer preguntas.

_ Astrid, estás herida... ¿Estás bien? ¿Dónde estan Hiccup y Tooth... less? _su voz se fue apagando al final de la oración al ver los cuerpos en el centro de la arena.

_Astrid... _su voz empezó a temblar_. ¿Son ellos...?

Mi respuesta fue un simple movimiento de cabeza, no creo que tenga la fuerza para responder con palabras. Él me miro con miedo, miedo de lo que pasó, miedo de lo que podría pasar, miedo de las preguntas que se forman en su cabeza, miedo de sus respuestas... Miedo de la verdad.

Fishlegs abrió y cerró la boca varias veces antes de ser capaz de realizar su siguiente pregunta_¿Y están... están ellos bien?

Igual que la primera vez, mi respuesta fue un simple movimiento de cabeza, pero este tenía un significado completamente distinto. Ese simple movimiento horizontal produjo en ambos un efecto de tal magnitud. Aceptarlo ampliamente hizo más grande el cargo de consciencia, la culpa me inundó y en un momento de debilidad abracé a mi amigo en busca de apoyo.

Él estaba claramente sorprendido, si no es más. Se quedó un momento así antes de responder el abrazo, diciéndome que todo estará bien, que le cuente que pasó para ver si hay algo en que pueda ayudar.

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