En ese momento el tiempo se paralizo, éramos el monstruo y yo, nadie más. El se paro muy bruscamente provocando un gran temblor, yo me tambaleé para todos lados, pero impedí mi caída para no parecer un idiota frente a mis compañeros. De repente note que el monstruo se estaba tratando de comunicar con nosotros entonces Salómon pronuncia unas palabras en esa lengua extraña y pudimos entender lo que decía el monstruo.
Nos dijo que su nombre era Menìgades , y que no nos quería hacer daño si no todo lo contrario, nos agradeció por haberlo despertado de su interminable sueño. Y así como si nada empezó a mutar, les salieron alas de la espalda y voló hasta que lo perdimos de vista.
Yo me decepcione mucho, ya que buscaba una lucha épica contra aquel monstruo. Salómon en ese instante me dijo que no pierda las esperanzas ya que Menìgades se fue volando por una única razón, temor a otro monstruo aun mas poderoso.
Entonces supe que la aventura comienza de nuevo ya que ahora tendría que vencer a una bestia aun más grande y poderosa.
Según los antiguos habitantes de la tierras nórdicas las bestia marina vive en las profundidades del mar Aztlán al este de Rocabarraigh (una isla fantasma).Salómon me dijo que la bestia era un Leviatán y la única forma de terminar con su vida era clavándole una espada de oro macizo en el lomo, por suerte teníamos en el equipo a Magem, y el tenia la espada, pero Salómon también me dijo que la espada tenía que estar bendecida por el dios Neptuno.
Nos miramos con Magem y pensamos que eso sería imposible, pero como siempre Salómon tenía la respuesta para todo, y nos dijo que podríamos obtener la bendición si íbamos a las profundidades del mar Sudtland, habitado por criaturas muy extrañas.
Aceptamos sin dudar y antes que digamos nada apareció el grifo de Salómon y en unas horas llegamos a la costa del mar Sudtland.
Pensamos una manera de ir a las profundidades, pero no se nos ocurrió ninguna manera, hasta que el sabelotodo de Salómon saco un gran libro de su pequeño bolsillo (eso también me sorprendió) que contenía información sobre distintas bestias, monstruos y otras cosas. Luego de dar vuelta unas cuantas páginas grito con mucho ímpetus, -iremos con una Serpiente Marina-, termino de decirlo y sus labios se movían como si estuvieran pronunciando algo, no parecía que lo estuviera diciendo en lengua elfica sino otra que no reconocí.
Y de repente de las profundidades del mar salió una bestia que media como 4 metros de altura, nunca había visto algo tan temible y fantástico a la vez. Salómon siguió pronunciando esas palabras , y la serpiente agacho su cabeza para que podamos subir a ella. Una vez arriba el barbudo dijo en voz baja unas palabras que no logre escuchar y de repente unas burbujas gigantes se nos pusieron en la cabeza, y me di cuenta que era para poder respirar bajo el agua.
En unos treinta minutos llegamos a las profundidades, y ahí estaba, era Neptuno, un hombre tan majestuoso, formidable, se notaba que era un dios, ya que tenía su gran trípode. Estaba rodeado de distintas criaturas marinas, parecía que ellas lo obedecían, como decían las leyendas.
Entonces nos acercamos a él y le pedimos muy gentilmente si nos bendeciría la espada de oro, el acepto amablemente pero antes quería saber para que la queríamos. Entonces fue ahí cuando tuvimos que mentir ya que si le decíamos que era para matar una criatura marina, no creo que la bendijera, entonces le dijimos que era para una gran lucha que iba a tener Magem y necesitaba las bendiciones de todos los dioses para poder ganar. Neptuno se la creyó sin problemas aunque parecía que no.
Una vez que tuvimos la bendición la serpiente marina nos llevó a la superficie y nos dejo en la orilla y Salómon pronunciaba otras palabras en esa lengua extraña, yo supuse que le estaba agradeciendo por el viaje.
Luego apareció el grifo y nos llevo a la isla fantasma Rocabarraigh , y descansamos ahi para poder ir el día siguiente bien temprano al mar en busca del Leviatán.
Y así fue, nos despertamos temprano y le pedimos a un viejo medio extraño si podíamos tomar su bote prestado para poder ir y el viejo nos pidió 50 monedas de oro, nosotros no teníamos ni una, entonces Salómon movió lentamente el bastón y aparecieron las 50 monedas, Magem y yo nos quedamos perplejos. Por fin el viejo cascarrabias nos dio el bote y pudimos zarpar a mar abierto.
Pasaron dos días y no había rastro de la bestia, yo ya me empezaba a poner medio fastidioso, no me aguantaba más estar en el mar. Entonces fue ahí cuando la bestia provocó una ola del tamaño de diez gigantes juntos. Y logramos verlo, era realmente muy espantoso, tenía mas de mil tentáculos y una boca con unos dientes que parecían espadas muy filosas.
Nos iba a atacar, entonces saltamos al agua para que no nos pueda ver, pero eso fue mucho peor ya que nos tomo con sus tentáculos. Salómon dijo en voz alta -gelaidh berith edain- y aparecieron cinco serpientes marinas, pero estas eran más grandes de lo normal.
Tome la espada de oro que tenía en la mano Magem y corte el tentáculo que me sujetaba y por suerte logre caer sobre el lomo de una de las serpientes. Luego fui saltando por los tentáculos, hasta que me logro agarrar nuevamente, me acercó a su boca y pronuncio unas palabras -Me mentiste- y estaba a punto de comerme entonces fue ahí cuando le clave la espada en el ojo y después corrí hacia su lomo y se la clave. La bestia se desvaneció en el mar y lo único que quedaba era el cuerpo de...Neptuno.
CONTINUARA...
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Zed El Cazador
FantasyZed el cazador...ningún monstruo o bestia esta a salvo. Todo comienzo tiene su final.