Capitulo 18: Recuerdos

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Cuando llegue a casa me fui directo a mi cuarto, decidí tratar de disfrutar el par de horas que tendría hasta que Alice llegara y me pidiera explicaciones.

Me tire en la cama boca arriba y examine mi cuarto, no era ni muy grande ni muy pequeño consistía de simples paredes rosa claro, un tocador con un espejo grande, una puerta blanca que daba al closet y mi cama.

Mi habitación no decía nada de mi, no es como la típica habitación de una adolescente de 16 casi 17 años, fotos, posters, memorias y todo lo que hay en la mente de alguien de 16.

Antes solia ser asi, en Londres, las peredes de mi cuarto solian representarme, darme un momento de felicidad en mi vida que parecía ir cada vez peor. Las paredes estaban llenas de posters, fotos de mi padre y de mi, fotos con las que pensé eran mis amigas. En las paredes estaban mis memorias más preciadas, mis favoritas eran las que tenia con mi padre.

Cada  cosa en mi pared tenía un significado. Mi habitación me hacía feliz hasta que llegó un momento en el que no fue suficiente para sacarme una sonrisa y mejorar mi humor. Cuando cada memoria dolía y hacia una herida. No podía soportar ver lo momentos en los que fui feliz porque esa felicidad no volvería. Me recordaban los momentos en los que creí tener amigas, en lo que tenía a mi padre. Desde ese momento empecé a odiar las fotos, las fotos capturan nuestros mejores momentos, pero ¿de qué sirve conservar el momento? ¿de qué sirve recordar? Eso no va a hacer que los momentos vuelvan, que la felicidad vuelva, que las personas vuelvan o los problemas desaparezcan. Solo son un completo desperdicio.

En el momento en el que las amigas ya no estaban, mi padre ya no estaba tome la decisión de dejar las memorias atrás, arrancar de mi mente el dolor, desprenderme de mi pasado, del dolor. Quitar las imagines de las paredes, de mi cabeza y de mi vida.

En momentos como ahora era cuando las memorias salían del rincón donde estaban casi completamente aisladas y volvían a resonar en mi cabeza. Las risas de todos venían a mi cabeza  como si reviviera el momento y volví a sentir todos los sentimientos que sentí en ese momento, tristeza, enojo, vergüenza y humillación.

¿Y que hice para enfrentarlo?

Huir.

Eso fui lo que hice.

Hui de Londres, dejando atrás todo para comenzar de nuevo. Dejar de ser la chica plástica con la que todos jugaron y humillaron, la chica que nadie se tomaba en serio, la chica que tenía amigas interesadas en su dinero.

Cada vez que creí haber escapado de mi pasado, volvía a golpearme en la cara de la peor forma.

Mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas cuando alguien golpeo mi puerta.

Traveling To Find You (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora