-Cartas-

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Después de que Ruth me diera su suéter y después de haber encontrado la carta, no me sentí bien. ¿Pero, No estaba buscando un indicio de ella? ¿Por qué demonios no estaba feliz? ¡Al diablo! Nada tenía sentido, mucho menos cuando me pare y comencé a correr rápido hacia cualquier lugar menos ahí. No me sentía bien, pero ¿Cuándo me eh sentido bien sin ella?

Y corrí.

Corrí para alejarme de todo. De ella.

Corrí porque supuse que nada tenía sentido.

Corrí para dejar todo atrás, los problemas, la carta en mi bolsillo y ella.

Corrí porque pensé que todo se podría solucionar, que me olvidaría de ella y mi sufrimiento acabaría.

Aunque en realidad, todo fuera lo contrario.

Sentía que la carta me quemaba debajo de la ropa, como si tuviera una arma que me podía matar al tirar el gatillo. Y en sí, así era. Al abrir la carta, las esperanzas de que Cath estuviera viva se volverían más altas y fuertes. Pero quien sabe, la carta podría también arruinarlas todas. El aire era frio en esta época del año, pero...no sentía nada. Las calles de poco en poco comenzaron a ser desconocidas, veía automóviles en la carretera pero no los escuchaba, era como si todo hubiera dejado de ser lo que era.

Y tenía miedo. Por primera vez tenía miedo de lo que pasara, de lo que estuviera en la carta. Por ello, me dirigí al lugar con la persona más indicada en este mundo para, bueno, ayudarme a tomar una decisión. Camine por la banqueta de la calle como por unos 10 minutos, cuando la visión del lugar apareció ante mí. Solo y perturbador.

Comencé a sentir por primera vez el aire frio del otoño, cerré por completo mi suéter grisáceo.

Las gigantes puertas blancas crujieron cuando intente abrirlas, nunca me ha gustado el estilo victoriano pero tenía que decir que aquellas puertas viejas parecían echas especialmente para el lugar. Al levantar la mirada me di cuenta de que el cielo se habría nublado, tal vez habría una tormenta, exactamente como estaban mis pensamientos en ese momento.

Apresuradamente trote por el camino de tierra que daba con las lapidas del lugar. Sabía que ya nadie en el pueblo se encargaba del cementerio, por ello los arboles descuidados y sin hojas que se arremolinaban por el gran pero sencillo espacio. Conocía a donde me dirigía, venia cada 2 semanas, me pare drásticamente en el pasillo donde un árbol gigante se encontraba. Entonces mire a la lápida gris que no rebasaba a mi rodilla para lentamente sentarme enfrente de ella.

"Thomas Smith.

1974-2012

Amado Padre, esposo y amigo.

Siempre fuiste un guerrero, Tom."

Toque la lápida de mi padre, seguía fría y empolvada. Como siempre.

Desde que él se fue, eh venido todos los 2 jueves del mes. A veces me escapaba para estar con él, de alguna manera no me sentía solo así, mi madre nunca me regaño por ello.

-Papá, no sabes lo tanto que me haces falta.- El cielo trono, por lo que supuse que estaba lloviendo, no me importo.- Te necesito...yo no sé qué hacer.-las lágrimas comenzaron a descender por mis mejillas o tal vez eran gotas de lluvia.- Ella tal vez está viva. Tal vez Cath está viva, papá. Me ha enviado una carta, oh bueno, eso parece. Lo que no sé es...si la tengo que abrir. Yo no siento que lo deba de hacer, tú siempre me dijiste que dejara todo lo malo atrás. Sin ella eh sufrido...entonces ¿ella es mala? No lo sé, no sé qué hacer papá.

CatherineWhere stories live. Discover now