"Enemigos" (Justin Bieber & Miley Cyrus) [terminada]✔ ©

Capitulo 7

“Enemigos”

Capítulo 7. 

Miré mi muñeca y no pude evitar sonreír al ver el reloj que Miley me había regalado la tarde anterior. Las 3 menos 15. No podía esperar, estaba muy ansioso, las manos me temblaban y ya no podía controlar mis pensamientos.

Me hubiera gustado poder adelantar el tiempo y hacer que los 15 minutos que me quedaban para verla pasaran lo más rápido posible. Y de nuevo allí voy. Ese aroma. Lo reconocería a millas de distancia. Levanté la cabeza y la ví, allí, parada en todo su esplendor. Una sonrisa se extendió automáticamente por mi cara, me imaginé que lucía realmente est*úpido en ese momento. Pero no me importó, no me resistí, no peleé con mis sentimientos, por primera vez en mucho tiempo. Me acerqué a la reja tras la cual ella estaba parada en su total perfección.

-Bieber!- dijo mi niña con alegría.

-¿Qué hay Lewinsky?- respondí aún sin dejar de sonreír.

-Estoy especialmente feliz hoy.- amplió su hermosa sonrisa.

-Eso es bueno, y ¿a qué se debe?- pregunté con curiosidad. Todo lo referente a ella me importaba, y mucho.

-Avanzaron en el tema de mi padre. Mañana finalmente conoceré al asesino..- su sonrisa se volvió una mueca. ¿Y a mí? A mi se me paró el corazón. 

-¡Eso es genial!- Fingí una media sonrisa.

Si mañana Miley descubriría quien soy en realidad, eso significa que estos son los últimos momentos que podré pasar con ella, antes de que todo muera y ella me odie, por completo, por y para siempre. Mis últimos minutos con ella, siempre supe que eso iba a suceder, pero nunca me quise detener a pensar que tan cerca ese momento estaba. Ella, la primera y la única que pudo hacer sentir, ella. Lo único perfecto en mi vida. No lo dudé, no lo pensé, estaba decidido a hacer esos momentos valer la pena.

Sin más me acerqué a ella, aún más. Clavé mis ojos en los de ella y vi su hermosa sonrisa renacer entre sus labios. Hablé sin pensar, ya se me estaba haciendo costumbre con ella. Aunque nunca fui bueno con la improvisación.

-Miley, ¿qué se siente... besar?- dije sin quitar mi mirada de sus verdes ojos.

-¿Tú... tú nunca... has... besado?- supuse que estaba nerviosa. De algún modo, intuir eso me puso feliz.

-No. Nunca fue importante... hasta ahora- espeté atropelladamente, ya había perdido la noción del tiempo y mi corazón latía desesperado. Extendí mi brazo y lo introduje más allá de las rejas. Acaricié la seda de sus mejillas con suavidad, con lentitud. Suspiré profundo y traté de aclarar mis ideas.- Miley, yo... yo quiero besarte. Pero no sé cómo. -bajé la mirada apenado.-

-No te preocupes. No es tan difícil.- sentí su mano de terciopelo viajar entre mi cabello, acariciándolo. Me agradaba.- Primero cierra los ojos...- lo dijo, y yo así lo hice.

-¿Así está bien?- pregunté sin abrirlos. Seguro del color que mi rostro debía estar presentando en esos momentos.

-Perfecto. ..- susurró ella. Cerca, muy cerca, más cerca de lo que esperaba.- Ahora, solo siente..

Posó sus labios sobre los míos. Fue solo un roce, un toque. No duró más de 3 segundos, pero significó el mundo para mí. Ella se separó pero no la dejé. Capturé su cintura con mis manos y la acerqué a mi cuerpo tras las rejas. Esta vez yo toqué sus labios con los míos y los dejé ahí por un instante la sentí sonreír sobre mis labios y ahí, en ese preciso momento supe que Miley era mía, nos pertenecíamos el uno al otro. Pude sentirlo, ella es la indicada para mí.

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