Lazos rojos

8.CAPITULO

El viaje hasta el centro comercial se hace menos incomodo de lo que me esperaba.

Landon se está mostrando atento y gracioso, y ha hecho el viaje más divertido.

Cuando aparca en el parking me abre la puerta del coche.

-Que caballero, me sorprendes Landon.- suelto a la vez de una carcajada.

El también ríe y niega con la cabeza.

Entramos al centro comercial y la curiosidad me está matando. En todo el viaje no ha querido decirme que íbamos a hacer, he llegado a pensar que no ha planeado nada, lo cual es muy probable.

-¿Me vas a decir ya que tienes pensado?-

-Vamos a ir al cine, ya tengo las entradas compradas, espero que te gusten las películas de acción...-

Su mirada nerviosa me hace gracia, el y su grupo de amigos siempre se muestran seguros de sí mismos y sin ningún tipo de duda.

-¡Claro que me gustan!- digo emocionada.

Tenía ganas de venir a ver una película al cine.

Antes de entrar a la película le pido, más bien, le suplico a Landon que compremos palomitas.

Y menos mal que al final acepta, si no me habría pasado la mayor parte de la película echándole en cara que tengo hambre y que necesito comida.

Lo habría torturado.

Una vez dentro del cine nos sentamos juntos, como era de esperar.

Lo que es una sorpresa es cuando unas chicas entran en el cine y se sienta a lado de Landon. El ni se inmuta, es decir no pone ningún tipo de interés en ellas, y hay que admitir que son muy atractivas.

Que no les esté haciendo caso me sorprende, sobre todo porque las otras están intentando llamar su atención.

-Landon, esas chicas te están mirando, y está claro que les gustas, ¿porque no les pides el número?-

-Porque ahora estoy en una cita contigo Eden.-

Cuando voy a responder empieza la película.

***

Hay que admitir que Landon a escogido una película genial.

Todas las escenas eran impresionantes, y los efectos especiales inmejorables.

Ahora estamos saliendo del cine, Landon me ha contado que van a sacar una segunda parte, y espero que así sea.

-¿Vamos a comer algo?- pregunta.

-Si antes pasamos por la tienda de discos.- mi propuesta le parece aceptable.

Ya sé que estaréis pensando que soy una obsesa de los discos, y os lo querría negar, pero me es imposible.

Entramos en la misma tienda en la que entre el otro día con Lesly y Matt.

Ya que, al final no pude comprarme todos los que quería.

Busco como una posesa el disco de Marea y cuando lo encuentro siento que mis ojos brillan.

Para mí es como para una niña pequeña las chucherías.

Pago y salgo junto a Landon.

-¿Te gustan mucho los discos?-pregunta curioso.

-Si, desde pequeña, yo creo que empecé con cinco años a guardar discos.- le sonrió.

Nos paramos frente a una pizzería en la cual no tardamos en entrar.

El olor a pizza entra por mis fosas nasales y a mi estómago al parecer, ya que gruñe con hambre.