14.

1.3K 32 1
                                    

-Punto de vista de Lucía-

La fiesta en casa de Harry duró hasta altas horas de la madrugada. Los invitados no paraban de llegar, la música no dejaba de sonar, las bebidas no paraban de pasar de unas manos a otras. Algunas de las personas que asistieron eran conocidas, otras no tanto, pero todas parecían tener una "amistad” con Harry. Sobre todo Cara. No era la única modelo que había en la fiesta, claro, había unas cuantas, todas con sus cuerpos perfectos en bikini metiéndose una y otra vez en la piscina intentando llamar la atención de mi hombre. Harry era simpático con ellas, lo era con todo el mundo, pero sólo tenía ojos para mí. Me preguntaba en todo momento: “¿Estás bien? ¿Necesitas algo?”, y nunca dejaba que me quedara sola. Nunca. Yo, cada vez que le miraba, me sentía como la primera vez. No había dejado de sentir mariposas en el estómago sólo por su presencia, por su olor, por su contacto. Que sus ojos verdes no sólo me miraran sino que me vieran, que me buscaran, me hacía sentir escalofríos.

-Te has quemado un poco.

Le dije tocándole los hombros. Se estaba poniendo rojo. Él se encogió de hombros con una sonrisa, como si no le importara. No le daba a nada la suficiente importancia, sólo a mí. Era como si yo fuera la única cosa en el mundo que, para él, mereciera preocupación verdadera.

-Ya da igual.

Hacía tiempo que había pasado la medianoche pero seguía haciendo calor. Había sido un día excesivamente caluroso, y Harry me había tirado un par de veces a la piscina…con ropa. Pero estar con él en el agua, abrazados, sintiendo sus besos al ritmo del agua que mecía nuestros cuerpos…había sido maravilloso. Además, el bañador amarillo que llevaba le quedaba increíblemente bien.

-Creo que te llaman.

Mirándole se me había olvidado el mundo a mi alrededor, como de costumbre. Miré mi teléfono móvil y vi que mi madre me estaba llamando. Me disculpé con Harry y me fui a la cocina para estar sola.

-Hola mamá.

-Hija, no me has llamado. No sé nada de ti desde que aterrizaste. ¿Cómo estás? ¿Cómo ha ido todo?

Me sentí mal. Estando con Harry me había olvidado de ella, me había olvidado de que, muy lejos de allí, también había personas preocupándose por mí.

-Bien, todo muy bien. ¿Y vosotros?

Cuando vi que no respondía al instante, se me paró el corazón.

-¿No ha pasado nada, no?

-No no, no te preocupes. Es sólo que…bueno, ya sabes cómo están las cosas en casa.

A mi padre le debían mucho dinero. Su empresa estaba prácticamente en quiebra. La crisis en España nos había afectado a todos, incluida a mi familia, que no pasaba por su mejor momento. Mis padres ya no sabían qué hacer, no sabían cómo solucionarlo, cómo pagar las deudas a los proveedores, cómo acelerar los procesos judiciales. Y a mí me destrozaba verles así. Siempre habíamos sido una familia normal, de clase media, y ver cómo mis padres se comían la cabeza por pagar las cosas, por pagármelas a mí…

-Todo se va a solucionar, ¿vale? Cuando vuelva buscaré algún trabajo. Seguro que en Zara o en Mango necesitan gente. Podré ayudar hasta que las cosas vuelvan a la normalidad.

-Hija, no quiero que trabajes para pagar nuestras deudas.

Se me saltó una lágrima y me la limpié rápidamente, antes de que alguien pudiera entrar en la cocina y verme. Echaba de menos a mi madre, a mi familia. Cuando Harry estaba a mi lado no me daba cuenta de ello.

-Tengo que dejarte, mamá. Mañana te llamo.

Y colgué, colgué antes de que la conversación fuera a más y ninguna de las dos pudiera controlar las lágrimas. Me quedé quieta en la cocina, sola, pensando. Tenía que solucionar la situación como fuera. No podía soportar más ver así a mis padres. Suspiré, y entonces Harry entró en la cocina. Verle me hizo sonreír, a pesar de todo. Él me sonrió y me dio un abrazo. Su cuerpo cubrió el mío como si hubiera sido hecho para ello.

Fucking Dreams 》1DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora