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-Punto de vista de Mara-

Zayn se colocó la chaqueta y volvió a ponerse frente a la pantalla del ordenador, sonriéndome con inseguridad. Yo también sonreí, mirándole, viendo que se había convertido, de nuevo, en un conjunto de pixeles frente a mis ojos. 

-¿Te gusta?

Iba todo vestido de negro, con una chaqueta de cuero, guapísimo como siempre. Me habría encantado estar en Tokio con él, poder darle un beso para desearle buena suerte, poder abrazarle y decirle que todo iba a salir bien. A pesar de todo lo que había conseguido, a pesar de quién era, sabía que Zayn necesitaba ese apoyo. Sabía que Zayn también me necesitaba. 

-Mucho. Caroline ha elegido muy bien tu vestuario. 

Intentaba mirarle a los ojos pero me era imposible. A través de la pantalla no podía ver su brillo, no podía distinguir de qué color habían amanecido ese día. 

-¿De verdad? ¿No añadirías nada? Tú sigues siendo mi estilista favorita.

Me reí ante lo estúpido que era su comentario y, después de mirarle con detenimiento…se me ocurrió una idea.

-¿Por qué no te pones la bufanda roja? Destacaría mucho.

-¿La roja? ¿La de Alexander McQueen? 

Asentí y, al ver que Zayn sonreía, sonreí. Tenía la sonrisa más bonita del mundo…incluso a través del ordenador. 

En Japón estaba anocheciendo pero en Londres aún era de día…y además era un día muy, muy frío. Odiaba el frío. Odiaba haber tenido un larguísimo verano y que, de repente, tuviera que darle la bienvenida al invierno. Odiaba que hiciera un viento gélido por las noches y que Zayn no estuviera conmigo para abrazarme.

-Espera.

Desapareció unos segundos de la pantalla y yo aproveché para acomodarme más en la cama. Harley estaba acurrucado encima del edredón, justo a mis pies, y levantó la cabeza con indiferencia al ver que me movía. Ya no era el cachorro que Zayn me había regalado. Yo le hice un ruido estúpido, llamándole, pero él me ignoró y volvió a dormirse.

-¿Así? 

Zayn volvió a colocarse frente a la cámara y vi que se había puesto, alrededor del cuello, la bufanda roja que le había dicho. Sonreí con satisfacción y, por alguna estúpida razón, me entraron ganas de llorar. Le echaba tanto de menos…

-Perfecto. 

Se arrodilló frente al ordenador, probablemente para verme más cerca, y vi que su cara perfecta se agrandaba más en mi pantalla. Estiré la mano para tocar el cristal de la pantalla, tan frío y distinto a la piel de Zayn, y luego suspiré. 

-Te echo de menos, Mara. Si no tuviera que ir a esa estúpida fiesta me marcharía hoy mismo a Londres.

Me quedé callada, observando sus facciones y pensando en que ese día, el día de todos los santos, me apetecía estar con él debajo de una manta, abrazados, viendo películas de terror hasta que nos quedáramos dormidos. 

-¿De qué vais a disfrazaros en la fiesta?

Zayn frunció el ceño y miró hacia otro lado, pensativo, antes de responderme.

-De cualquier tontería. Vamos a pintarnos la cara y ya está. Además, ya sabes que está…ella.

Eleanor. Sí, lo sabía. Puse los ojos en blanco y suspiré. Zayn asintió con entendimiento.

-Qué pesada.

-No es ella la que ha decidido venir…ha sido Modest. El año pasado le tocó a Perrie. 

Fucking Dreams 》1DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora