20.

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-Punto de vista de Mara-

“No abras Twitter hoy. Un beso”

El mensaje de Carla me llegaba un poco tarde. Ya lo había abierto. Ya había visto las fotos de Zayn y Perrie paseando juntos, las fotos en las que él la tapaba de la lluvia con su sudadera, las fotos en las que ella le agarraba de la cintura. Sabía que no era real, pero me daba rabia igualmente. No soportaba que ella, aunque no fuera su novia de verdad, le tocara, que le mirara, que se hiciera fotos con él. No soportaba que fuera guapa y que, algún día, se fuera a casar con Zayn. Con mi hombre. Con mi vida. No soportaba que Modest obligara a Zayn a hacer aquello, y que él no pudiera negarse. Empecé a morderme las uñas. A pesar de todas las cosas que no soportaba, a pesar de todo el daño que me hacía, cuando Zayn me llamó para decirme que cogiera el taxi que me estaba esperando en la puerta del hotel y fuera a encontrarme con él, lo hice. Porque el amor es así, incomprensible, doloroso, inexplicable.

-Es aquí.

Me dijo el conductor. Estaba lloviendo mucho, muchísimo. El cielo no era azul sino gris, casi negro. Como mi estado de ánimo. Yo debería haber estado en Hawái en aquel momento, con Zayn, disfrutando de él.

-Gracias.

Antes de bajarme del taxi, me di cuenta de que no sabía dónde estaba. Era un barrio residencial de Londres, uno de alto lujo que no había visitado jamás. El taxista había parado justo delante de una casa enorme, llena de ventanas, con un jardín delantero y otro trasero. Parecía nueva, como si nadie viviera allí. Me despedí del conductor y salí a la calle, mojándome con la lluvia. Corrí hasta la puerta de la casa, empapándome la ropa y el pelo, y llamé. Zayn debía estar dentro. Me sentía como una idiota, empapada y llamando a una casa que no había visto en mi vida. Pero necesitaba ver a Zayn. Estaba enfadada con él pero le necesitaba igualmente…o incluso más. Al ver que nadie abría la puerta decidí empujarla, y se abrió. Pasé para no estar bajo la lluvia más tiempo. Tenía muchísimo frío.

-¿Hola?

Dentro de la casa, como había imaginado, no había muebles. Pero era inmensa, preciosa. Era el hogar que toda familia soñaría tener. Había mucha luz, mucho espacio, muchas habitaciones. Sólo la cocina tenía el tamaño de mi casa entera.

-¿Te gusta?

Zayn apareció de repente, bajando por las escaleras. Estaba guapísimo con una camiseta roja de manga larga, y aunque no sonreía supe por sus ojos que se alegraba de verme, que necesitaba verme. Intenté fruncir el ceño, mantenerme firme, pero cuanto más se acercaba a mí más difícil era.

-Me encanta.

Él sonrió, pero fue una sonrisa fugaz.

-Se la he comprado a mi madre. Bueno, a mi familia. Esta tarde les darán las llaves.

Aquello no me lo esperaba. Volví a mirar la casa imaginándomela llena de las cosas que había visto en casa de Zayn, viendo a Trisha de un lado para otro sonriendo, a Safaa correteando, a Waliyha viendo la tele en el salón y a Doniya probándose ropa delante del espejo del baño. Era la casa perfecta para ellos. Zayn era el hijo perfecto.

-Zayn…es increíble.

Él me miró y se encogió de hombros, como restándole importancia. Para él quizá no era un gran esfuerzo, pero cualquier hijo soñaría con poder hacer algo así por su madre, por su familia. Me entraron ganas de abrazarle fuerte, de besarle, pero permanecí quieta. Él no estaba seguro de cómo reaccionar, de cómo dirigirse a mí. Sabía lo que me pasaba, lo sabía mejor que nadie.

-He visto tus fotos.

Dije, mordiéndome el labio inferior. No quería llorar. La lluvia golpeaba los cristales de las ventanas con fuerza.

Fucking Dreams 》1DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora