La muerte, la muerte, morir,esas únicas palabras eran las que pasaban por la mente del joven, se repetían una y otra vez, no paraban, se lamentaba de estar ahí, esperaba salir huyendo, le temía a morir y lo que él pensaba en ese instante era que lo único que podía haber en ese lugar era muerte y el le temía.
Con las manos temblando él joven se acerco a ese lugar, su respiración era agitada y entre cortada, su corazón latía a un ritmo tan rápido que sentía que aria un hueco en su pecho, sus náuseas incrementaban a cada paso que daba pues él olor a muerto y él inmenso miedo que sentía no ayudaba en nada, tal vez él no estaba echo para estar ahí para querer retar a la muerte pero por mas que quisiera salir corriendo, no podía, no debía, por su bien y él de los que amaba.
-gente como tu no debería de estar aquí- él pequeño chico dio un salto, sentía que su corazon saldría por su boca y sus nauseas incrementaron aun mas. El chico trago saliva y movió su cabeza hasta poder visualizar al dueño de esa voz pero no lo logró.
-si sigues aquí probablemente no llegues a mañana-hablo nuevamente la voz, él chico trago saliva y se limpio un poco del sudor que resbalaba por su frente después busco una vez mas a él dueño de la voz, entre las sombras logro distinguir un bulto mas grande que él, en ese momento entró en pánico total, no lograba ver al sujeto en cuestión pero sabia que si ese sujeto estaba ahí en medio de la noche no podía querer nada bueno.
-¿no entiendes o te quieres morir?- él chico sintió como toda la sangre se iba de su cabeza, esa simple palabra lo asusto tanto como para comenzar a hiperventilarse, simplemente se sentía tan asustado que no podía moverse, sentía que se desmayaría ahí mismo, y no estaba nada equivocado
Aquel chico despertó asustado le sudaba la frente y se sentía débil, miro a su alrededor sin reconocer nada de lo que veía, todo se veía esplendido pero definitivamente no era su casa o cualquier lugar que el conociera.
se levanto cuidadosamente, sintió un escalofrío recorrer su espalda en cuanto toco el piso frío con sus pies descalzos, una vez sus pies se adaptaron al helado piso comenzó a caminar, no sabia hacia que parte de aquel lugar se dirigía solo quería encontrar sus zapatos e irse, no podía estar ahí mas tiempo, la verdad el no sabia cuanto había pasado inconsciente en aquella cama.
Salio de la habitación dirigiéndose hacia una sala, muy linda a decir verdad, tenia unos grandes ventanales de cristal frente a los sillones, dejaba ver la cuidad, pudo notar que era de noche, todas las luces de la gran ciudad iluminaban su vista.- es preciosa, ¿no es así?- el chico exaltado por la misteriosa voz dio un salto. cuando logro calmar el ritmo de su corazón pudo reconocer la voz, era la misma que la de aquel callejón- es decir la vista- el chico se dio la vuelta y se encontró con un chico de cabellera castaña casi rubia y unos grandes ojos azules, se exalto un poco al ver que el chico media casi dos cabezas mas que el, el chico era pequeño pero nunca había visto un chico tan alto como aquel- no te gusta hablar ¿no es así?, desde que te conocí no te e escuchado hablar- el menor simplemente agacho la cabeza, simplemente no quería hablarle a un desconocido, no es como si su madre se lo hubiera advertido como el resto de sus madres se lo dicen a sus hijos pero el simplemente nunca confía en personas desconocidas, de echo no confía en casi nadie.
-mi nombre es andrew - el mayor le extendió la mano al chico con una sonrisa amistosa, el chico solo se quedo en silencio, no quería hablar con el, era muy guapo y todo pero aun no lo conocía- vamos dime tu nombre no muerdo- el menor siguió sin responder- necesito saber tu nombre para así reconocer tu cadáver cuando te mate- el menor se puso pálido y comenzó a respirar con dificultad, andrew se veía alarmado, simplemente era una broma el no pretendida que el menor se pusiera de esa forma- tranquilo, era una broma- hablo el mayor con voz ronca y alarmada.
- no eres para nada gracioso- se quejo el menor, andrew se sorprendió de escuchar la voz del pequeño pelinegro por primera vez, el castaño se quedo observando fijamente al menor, estaba tan sorprendido de que le hablara, el en verdad creia que el chico era mudo- ¿tengo algo en la cara o que?- el mayor rió, ese chico era demasiado gruñón pero tierno .
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La Muerte
Teen Fictionalgunos pueden creer que tenerle miedo a la muerte no te llevara a ningún lado, dicen que no es normal temerle a algo que no vez y que a todos nos llega, tal vez tengan razón pero si lo piensas detenidamente él tenerle miedo a morir te hace sobreviv...