¿Sabías qué?

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Nota: Esta es una micro historia. Este capítulo es todo lo que hay. Gracias por leer.

-¿Sabías que si una persona mira fijamente sin pestañear por cinco segundos a otra es que quiere o matarla o tener sexo?

-Supongo que ambas situaciones con la persona a la que queda mirando.

-Obviamente.

-Entonces, espero que el tipo que está en esa mesa de enfrente quiera matarme.

-Yo también lo preferiría.


Tomaba un café con mi hermana Ivana en el centro comercial en el cual nos habíamos citado. La había ayudado a elegir unos zapatos para una próxima boda y después de visitar quinientas mil tiendas (sí, quinientas mil, lo juro) por fin habían sido elegidos unas preciosas (eso debía admitirlo) linduras en tono plateado, las primeras que se había probado (¿Quién dijo que las mujeres éramos complicadas?) Ivana suele llamar la atención, es una chica de cabellos oscuros e impresionantes ojos verdes, ambas tenemos esas características, solo que mi hermana tiene un cuerpo de infarto, literal de infarto, casi mata a su profesor de gimnasia en el colegio cuando llegó con un mini short y una mini playera y bueno, al profesor le dio un mini infarto. Se hizo famosa a partir de entonces, más popular de lo que ya era. La chica que provocaba paros cardiacos debido a sus exuberantes atributos físicos y yo era algo así como su versión light. Por eso se me hizo raro comprobar que el tipo de enfrente me quedaba viendo a mí y no a ella. No es que me hiciera gracia ni alimentara mi ego, el hombre no tenía nada de llamativo ni de atractivo, parecía un asesino serial en realidad. Rodé los ojos al ver que Ivana le sonreía.

-¿Estás loca? –Susurré mientras me llevaba el café a la boca.

-El pobre tipo seguro nadie le sonríe y tú le has ignorado.

-Disculpa si no le ando sonriendo a extraños con cara de asesinos y acabas de decir que bien podría matarme.

-Bueno, como cuñado no es que me agrade, pero podrías ser no sé, un poco amable.-Bufé al escucharla.-No hagas como búfalo.

-¿Cómo sabes que hice como un búfalo? – Rebatí metiéndome de lleno a una discusión sinsentido, pero que se le va hacer, somos hermanas, las hermanas hacen muchas cosas tontas y sinsentido aunque sean un par de mujeres adultas. 

– No tienes ni idea de como hacen, no creo que hayas visto jamás un canal sobre vida salvaje. No sales de los que hablan de moda y farándula.

-Un Búfalo bufa ¿no? – Dijo como si eso explicara todo y yo simplemente volví a bufar o lo que sea.

-Cómo sea, deja de sonreírle a extraños. Puede ser discípulo de Ted Bundy (Fue un asesino serial de mujeres. Los analistas estiman que el número de sus víctimas podría rondar las cien mujeres) por Dios.

-No seas exagerada Anielka. Mira, ya se va. 

-Seguro nos va esperar en el estacionamiento, nos meterá en su camioneta y usará nuestra piel para hacerse ropa o sombreros. –Escuché el ahogo apurado de una risa en alguna parte cercana pero estaba muy ocupada exagerando las cosas y siendo una desconfiada. Así funcionamos, yo me preocupo por todo e Ivana por nada o casi nada.

-¿Sabías que exageras?

-¿Sabías que minimizas las cosas? ¿No viste las películas de Hannibal Lecter acaso? (Personaje llevado al cine en varias películas. Genio desequilibrado que gusta de la gastronomía que combina con su canibalismo) .- Contraataqué, ambas somos amantes del género del suspenso.

-Deja de meterme miedo.

-Si morimos, será por tu culpa seguro. Todo por sonreír a la persona incorrecta.

-¿Sabías que tomar tanto café hace que se reduzcan los senos?Casi escupo el trago de café que estaba ingiriendo al oírla, empiezo a toser. Me encanta el café, mucho. Pero me gustan mis senos, mucho. Tardaron demasiado en salir y soy sensible con el tema. Le dirijo una mirada amenazante y esta vez son más claras unas risas, apagadas pero risas al fin de cuentas. Vuelvo a ignorar eso.

-¿Qué tiene eso que ver con nada? –Pregunto molesta.

-Siempre te preocuparon tus "niñas", solo te daba un dato interesante.

-Al menos "mis niñas" no estuvieron a punto de matar a un profesor. ¿Sabes? Probablemente el asesino que nos espera en el estacionamiento descubra pronto que allí tienes mucho material para, no sé... ¿un sombrero grande?

-Ya quisieras tú un poco de mi material.

-Tengo justo lo que necesito gracias, debo agradecer además que en vista de lo dicho, te maten primero. "Estas" –Me toco los pechos con ambas manos y los levanto un poco para remarcar lo que digo.- están bien así. 

Oigo un gemido esta vez y una risa. Mi hermana gira el rostro un poco más y ve detrás de mí. Su cara denota sorpresa y para mi asombro se pone roja. Avergonzarla no es algo que cualquiera logre.

Giro mi rostro para ver quien está a mis espaldas, claro que tengo que saberlo. Veo sentados dos hombres con trajes tomando igual que nosotras un café, ambos son muy atractivos, pero es el de la derecha, el del hermoso cabello negro y enigmáticos ojos grises y presumiblemente el que gimió cuando me toqué mis niñas a juzgar por la manera intensa como me mira el que me llama la atención, el otro no deja de ver a mi hermana y escucho la conocidísima risita boba de Ivana cuando alguien le gusta, momento, no se la había escuchado desde el colegio y tampoco recuerdo la ultima vez que se ruborizara o que yo esté esperando que un desconocido me mire fijamente sin pestañear por lo menos cinco segundos, de preferencia que no sea por que quiera matarme, escojo lo segundo... totalmente.

Dos segundos que no deja de verme.Parecen habérselo pasado muy bien escuchando nuestra tonta discusión...

Tres segundos.Todo indica que están allí desde que Ivana empezó con su ¿Sabías que si una persona mira fijamente sin pestañear por cinco segundos a otra es que quiere o matarla o tener sexo?

Llegamos a los cinco segundos y no veo pestañeo alguno, esto promete.

Pero, de pronto recuerdo la sarta de tonterías que dijimos y siento claramente que empiezo a ruborizarme. El de cabello negro se levanta (Escaneo en 3,2,1: wow, es alto, espalda ancha, músculos definidos sin exagerar, bien, bien...) y se sienta tranquilamente en nuestra mesa a mi lado. Apenas escucho como el otro le dice a mi hermana si quiere acompañarle en su mesa e Ivana corre para allá. Me limito a alzarle una ceja en silencioso cuestionamiento, espero que eso parezca, el corazón me martillea en el pecho con fuerza y no creo poder decir dos palabras coherentes. De cerca es más guapo, mi lengua huye a alguna parte atrás de mi cabeza.Él también parece estarme haciendo una revisión, solo que de mi rostro. No ha bajado la vista inspeccionando a "mis niñas" bien, sigues acumulando puntos ojos grises, aunque veo que es todo un maestro en esto de la seducción, sabe como hacer sus movimientos y definitivamente sin una palabra ya me tiene como mantequilla al sol. Pero yo soy yo y mi lengua parece que vuelve.

-¿Y bien? – Le digo.

-¿Sabías que me has visto mas de cinco segundos sin pestañear?- Me suelta y sonríe, el rostro se le ilumina y yo abro la boca embobada.

-¿En serio?- Atino a decir.

-En serio.

-Entonces, creo que tenemos un problema por que, o nos queremos matar o...

-O... -Se apresura a decir. Ya no puedo decirle más, él parece tomarse su tiempo torturándome. 

- ¿Por qué no lo averiguamos?

-¿Sabes? Me parece buena idea.

-Creo que será de las mejores que hemos tenido...

¿Sabías qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora