Capítulo 3: "Finge que la ruptura fue lo mejor que te ha pasado"

444 60 18
                                    

Era el tercer día post ruptura amorosa y me sentía devastada, claro que a mi profesor de Psicología del desarrollo II poco le importó mi situación y no me permitió ingresar a su clase por llegar tarde 10 malditos minutos.

Díganme la chica de la buena memoria o la obsesiva, pero yo sabía que Adam tenía clases en media hora más, por lo que debía encontrar un lugar estratégico de escondite para no topármelo de frente.

Cristina me había dejado en claro que no tenía que esconderme de él, porque así le daría más razones para pensar en que yo estaba destruida por nuestro quiebre, "¡Pero si así estoy!" le respondí con los ojos cristalizados. Ella solo me observó y dictó el tercer paso para superar mi situación: Fingir que la ruptura era lo mejor que me había pasado.

Y no tenía ni idea de cómo fingir ante Adam... ¿Debería solo sonreír? ¡Encima mis ojeras hablaban por sí solas!

Suspiré con cansancio y caminé hacia el casino de la universidad, quizás comer algo me distraería de mis propios pensamientos.

(...)

Si pensaba que todo no podía empeorar más, estaba equivocada.

En el casino me topé con Helen, mi amiga.

Al verme, se acercó con prisa hacia mí y me dio una mirada de compasión ¿Cristina ya le había contado que terminé con Adam?.

Mis sospechas se fueron al bote de la basura en el momento en que vi caminar a Adam de la mano de una chica.

Abrí los ojos de par en par y sentí como un par de brazos me arrastraban hacia el exterior del lugar.

-Calma... ese maldito hijo de puta no merece nada de ti, ni tus lágrimas. - sentí como Helen acariciaba mi cabello con cariño y me abrazaba con fuerza mientras me obligaba a alejarme del casino de la universidad.

Las lágrimas no tardaron en aparecer y poco me importaba lo que Adam mereciera de mi, yo solo quería ahogarme en el llanto, si eso era posible.

-¡N-no han pasado ni tres días! - sollocé con la voz rota y luego me escondí en el pecho de Helen.

Helen era una pelirroja bastante divertida y mi amiga hacían ya 6 años. Nos habíamos conocido cuándo ambas estudiábamos en el colegio y actualmente también era mi compañera en Psicología. Al contrario de Cristina, quién era mi amiga desde el pre-escolar.

Pero retomando, con Helen no tenía que fingir nada y podía seguir llorando horas y horas... claro que conociendo a mi amiga, no me lo permitiría.

-Apura, entremos al baño.

Me jaló con fuerza hacia el baño de mujeres. Me encontraba tan expuesta y débil que me dejé llevar por ella sin decir palabra alguna.

Al entrar, puso ambas manos en mis hombros y me obligó a mirarla.

-Ahora te lavarás la cara, te maquillaré y luego saldrás a darle cara a ese hijo de puta. ¿Entendido?.

Asentí con miedo y luego me acerqué al lavamanos del baño para lavar mi rostro. Tampoco era como si le fuese a llevar la contraria a Helen, notaba de reojo que no se encontraba de buen humor y eso era tan peligroso como un cáncer terminal. Bueno, no tan así, pero su personalidad era muy complicada de llevar.

Ella se acercó hasta llegar a mi lado y rebuscó dentro de su bolso hasta encontrar su set de maquillaje.

Sacó algunos implementos de belleza y me hizo girar hasta quedar frente a frente.

-¿Cuál fue el motivo esta vez? - sus cejas estaban tan juntas, que casi se unían hasta formar una sola. Helen estaba molesta.

-"Tú y yo ya no nos complementamos... he hecho todo lo posible, pero no pones de tu parte" Esas fueron sus palabras, textualmente. - hablé en un susurro mientras cerraba los ojos para que ella pasara un lápiz delineador sobre mis párpados.

Como sobrevivir a un mal amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora