No era un príncipe, ni un chico malo, ni el mejor amigo de mi hermano sobreprotector que no existe porque soy hija única, no me secuestró, ni es un soldado y definitivamente no perdí mi virginidad con él, ni tampoco hicimos una guerra de bromas, y ninguno de los dos tenía un pasado oscuro, no me embarazó, ni era mi jefe y definitivamente no soy una nerd. Lo único cliché que vale la pena destacar, debe ser lo ridículamente guapo que era.
Nuestra historia fue tan diferente a todas las demás y al mismo tiempo tan intensa como cada una de ellas. Tan llena de amor y de melancolía, tan sencilla y al mismo tiempo tan complicada. Porque éramos personas normales cuando nos enamoramos y tan distintos cuando todo acabó .
Porque eramos una combinación demasiado explosiva y tal como en la química aveces no se deben mezclar algunos elementos, nosotros decidimos ignorar cada una de las leyes, aún sabiendo que terminaríamos siendo una catástrofe, una hermosa catástrofe.