-No lo entiendo Penny, Cuál podría ser su conexión?-
Alcé mis hombros mientras tomaba de mi chocolate.
-No tengo idea Lila, fue tan extraño. Hoy no podré ir al Memorial, pero pronto hablaré con Martha-
-No sé si sea una buena idea mencionarle el tema a la Sra. Thompson, está muy delicada Penny. Por qué no hablas con el chico sexy?- Alzó sus cejas y movió su mano cual tigresa.
Rodé los ojos y sonreí ante su comentario.
Ni siquiera podía sostenerle la mirada, Cómo iba a mantener una charla? Además que iba a decirle? Pensaría que soy una metida.
De algún modo me enteraría, solo debía esperar.
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La clase de historia de la música, era sin duda de las más tediosas. Leer por obligación no era uno de mis más gratas pasiones, debía entregar un trabajo para el día siguiente y ni siquiera sabía por donde comenzar.
Tracé mi camino hasta la biblioteca y una amable señora me sonrió invitándome a pasar.
-Si necesitas ayuda solo tienes que preguntar- Asentí y le dediqué una sonrisa.
El pasillo con los libros de música era gigantesco, millones de años se resumían en dos estanterías repletas. Tardaría siglos encontrando lo necesario, suspiré y me dispuse a buscar.
Después de unas horas tenía todo lo necesario. Cargaba unos 11 libros entre mis dos brazos, no podía ver el camino, pero iba sonriente por haberlos encontrado.
De un segundo a otro mi trasero estaba en el piso y todos los libros desparramados al rededor, mi cabeza ardía y tenía los ojos cerrados.
-Sabes, podrías fijarte por donde...- Mierda, era el muchacho de los ojos de ensueño, mis mejillas se calentaron y como las otras veces, fui incapaz de sostenerle la mirada.
-Yo no andaba caminando con veinte libros sin ver el camino, hay unos carritos en la entrada para eso- Señaló una esquina repleta de ellos y volvió a posar su mirada en mi, parecía divertido. Yo por mi parte estaba hecha un desaste de pelo y vergüenza.
>>Shhh<<
Un grupo de estudiantes nos observaban molestos.
Me reí un poco y el sonrió divertido, se puso de pie y me ayudó a levantar.
Recogimos los libros entre los dos y caminamos hasta uno de esos carritos.
-Soy Penny Vega- Le tendí mi mano y el la aceptó rápido.
-Max Hudson-
Max.
Me pregunto si venía de un nombre más largo ¿Maximiliano? ¿Máximo? De cualquier forma, le quedaba perfecto.
-Bueno Max, creo que tú y yo tenemos una charla pendiente- Dije con la mirada fija en mis pies.
Demonios, en que me estaba metiendo.
-¿Ah si?-
