Me encontraba en la recepción de la empresa Burberry. Llevaba conmigo los papeles que el director me había dado. Había demasiada gente, como siempre. Fui caminando por el gran hall y me topé con alguien.
- Perdón, no miraba donde iba – me agaché para recoger los papeles que se habían caído.
- No pasa nada. También iba despistado – alcé la cabeza y delante de mí se encontraba un chico moreno, alto y sus ojos de color miel. Portaba un traje negro que combinaba a la perfección con la camisa blanca que le sobresalía por debajo de la chaqueta.
- Mi nombre es Zayn, Zayn Malik – extendió la mano y yo con mucho gusto acepté.
- Emma, Emma Anderson – le dije mientras le estrechaba la mano.
- ¿Eres nueva? – preguntó él mientras se puso las manos en los bolsillos de su impecable traje.
- Si, hoy es mi primer día oficialmente – él inmediatamente comenzó a reírse - ¿Ahora por qué te ríes?
- ¿Así qué eres la novata? – seguía riéndose en mi cara.
No entendía el motivo de sus risas. ¿Y encima me decía que era la novata? Este chico me está empezando a caer mal.
- Soy nueva. No novata – le dije lo más seria que podía llegar a estar.
- ¿En cuántas empresas de moda has trabajado? – silencio – Como lo suponía. Eres una novata – él se sentó en los sillones de la recepción – Yo llevo aquí dos años, pero llevo trabajando de esto desde los dieciséis años – él sacó el móvil de su americana donde comenzó a teclear la pantalla – Así qué yo no soy un novato como la preciosa señorita que tengo delante – me guiñó un ojo y noté como mis mejillas se tiñeron de rojo – vamos, o llegaremos tarde – se levantó y se dirigió a los ascensores.
Era increíble. Lleva desde los dieciséis años trabajando. Eso era seis años trabajando de esto. Yo ni llevaba un día y solo tengo 20 años. Y él aparentaba tener 21 como mínimo y llevaba seis años. Alucinante.
Me acerqué a los ascensores y me puse al lado. Yo le miraba de reojo y él solo se dedicaba a reír. La verdad que era muy atractivo. Tenía un aire a un amigo mío de Estados Unidos.
El pitido del ascensor me hizo regresar a la tierra. Me adentré y después se adentró él, que inmediatamente apretó el botón de la vigésima planta.
- ¿Cómo sabías que tenía que ir a la vigésima planta?
- Porque los novatos pasan primero por el despacho del director para entregar eso – señaló los documentos que tenía en la mano – y para que le de las primeras indicaciones. Todos hemos pasado por eso, novata – yo solo me limitaba a mirarle a los ojos - ¿Tengo algo en la cara? – inmediatamente bajé la mirada y noté, por segunda vez, como mis mejillas se teñían de rojo.
- No. Yo solo... yo... - y lo escuché reírse - ¿Podrías dejar de reírte de mí?
- ¿Te molesta?
- Sí. Me molesta. Y mucho. Así que para de reírte – yo solo miraba enfrente.
- Mírame a la cara – yo me giré y le miré.
- ¿Qué? – él se acercó hacía mí y yo fui retrocediendo hasta chocar con una de las paredes del ascensor.
- Veo que la novata es demasiado mandona – él puso su mano en mi cintura y la otra en mi mejilla.
Estaba nerviosa. Mi respiración se iba acelerando a causa de las caricias en mi cintura y de la cercanía de Zayn.
- Nos veremos muy pronto señorita – y el ascensor paró y se marchó.
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¿Sueños? | Pausada temporalmente |
RomanceEmma Anderson. Chica corriente de tan solo 20 años de edad. Alta, pelo de color café y una sonrisa maravillosa. Pero tiene un problema: cada noche sueña con un chico. Uno con el cual tiene citas, se hablan, se miran, se tocan... vamos como si se tra...