Capítulo 1: Sustos, comida en la cara y más.

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Narra Cornnie

Newcastle- Inglaterra

Eran alrededor de las 7:30 de la mañana, el clima estaba demasiado fresco pero con unos pocos rayos del sol y lo sé, porque justamente uno me pegaba directo en los ojos. Repasé todo lo que tenia que hacer hoy, tenía que pararme, desayunar, qué ropa ponerme y decirle a mis hermanos que dejen de tocarme el pie... ya va ¿QUÉ?

-¡Levántate!-dijo uno de mis hermanos, lo vi bien y era Ian.

-¡Cállate! me duele la cabeza-le dije acariciándome la sien y fulminándolo con la mirada.

-¡Hoy es el primer día de clase! Bueno de vacaciones de invierno...-dijo a la vez pensativo y emocionado.

-¿Donde está Sam?-dije levantándome. Gire hacia mi mesa de noche y agarré una liga para el cabello y me hice una cola alta.

-Primero.- enumeró con los dedos- vengo a despertarte, segundo, te traje el desayuno-dijo entregándome una manzana con un vaso de agua- ¿Y preguntas por Sam? ¿Qué, Sam es tú hermano favorito?- volteé los ojos.

-Primero.- enumere los dedos también siguiendo su acción- me gritaste para que me pare, segundo, una manzana con un vaso de agua no es desayuno, tercero, tú y Sam siempre están juntos y cuando no lo están es porque me van a hacer una broma-lo mire entrecerrando los ojos. Ian se quedó en shock. Já! Descubrí su juego.

-Touché- chasqueó los dedos mientras salía despalda de mi habitación.

Me encogí de hombros ante esa extraña situación y decidí irme a bañar.

Ya lista me mire en el espejo y note un grano en la frente del TAMAÑO DE RUSIA. Grité y fui corriendo hasta mi tocador y trate lo más posible de tapármelo con un poco de base. Sí, ahora está mucho mejor.

Hice una lista mental de las materias que iba a tener hoy y las iba empacando. Pero cuando iba a sacar mi libro de matemáticas del estante tenia un poco de polvo y estornudé.

-Salud -¡¿Qué?! Estoy loca o alguien me dijo salud. Empecé a tener pánico, me empezaron a sudar las manos

-¿Gracias?- respondí con la voz temblorosa, nadie respondió. Seguramente lo imagine. Caminé hasta el armario en busca de un gorro que combinara con mi atuendo en eso cuando lo abrí salió Sam del armario. No sabía si estaba aliviada de que no estuviera loca o si estar furiosa porque era él y me asustó.

-¡Samuel Gilberto James, casi me matas de un susto!-dije gritando. Por lo visto predominó la segunda opción.

-¿lo grabaste?-dijo Sam riendo a carcajadas y agarrándose el estómago.

-Si, tenías que ver tu reacción-dijo Ian riendo mientras salía debajo de mi cama. De ahora en adelante voy a poner trampas de ratón.

-¡Largo!- apunte hacia la puerta.

-Claro- respondieron al unísono.

Esos chicos... a pesar de que me hacen bromas, me molestan y me hacen rabiar los quiero un montón. No sé que haría sin ellos. Aún pienso cómo será la casa cuando ellos se vayan a la universidad que queda en Estados Unidos, creo que sería muy silenciosa. Aparte esos feos pensamientos, agarré mi bolso y me dispuse a bajar. Al divisar el comedor me encontré a mis padres y a mis hermanos.

-Buenos días- saludé a todo el mundo y me senté en mi lugar correspondiente.

-Buenos días, nena- respondió mamá.

-Chicos tenemos que decirles algo- comenzó Papá algo nervioso- Yo pues... verán... su madre y yo...- interrumpió mamá

-Cállate querido- se burló mamá mientras le daba unas palmadas a papá- Voy a ser clara con ustedes su padre y yo nos iremos de viaje- anunció colocando sus manos en la mesa esperando nuestras reacciones.

A Story Needs More Than One ProtagonistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora