Capítulo 1.

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Louis Tomlinson no recuerda la última vez que se sintió perezoso, las dos semanas que lleva trabajando en la cafetería sugar's heart lo hicieron pensar de una manera diferente ¡trabajar era difícil!

Si le hubiesen preguntado hace unos tres años (antes de la llegada de sus dos hermanos menores) que dejaría de lado la universidad para ayudar a su mamá con los gastos de la casa se habría reído.

Pero las cosas ahora, tres años después eran diferentes.

Se dio cuenta que las cosas iban realmente mal unas noches después de su graduación, cuando Lottie, la mayor de sus hermanas discutía con su madre por una par de zapatos ¿cómo es posible que ahora no se podían permitir unos zapatos? Él tenía una beca universitaria para estudiar lo que quería, lo que tanto había esperado en sus últimos años de escuela; medicina.

Pero de igual forma eran demasiados gastos en libros, guías y materiales, que costaban más que un par de zapatos.

Muy a su pesar, ese día decidió ayudar a su madre. Tampoco quería que se desgastara demasiado por hacer hasta lo imposible por ellos cuando él debía ser el hombre de la casa.

Le costó demasiado conseguir un trabajo, las personas no suelen elegir a jovencitos de 17 años para trabajar en nada, pero gracias a Dios, consiguió su trabajo como mesero/chico de limpieza por un sueldo mínimo más propinas, estaba feliz por ese logro.

Harry estaba de mal humor y cuando él pensaba eso es que de verdad estaba de malas. Desde hace varios meses no ha logrado avanzar con su arte.

Las fotos son un desastre, las pinturas no tienen la personalidad que busca y ni hablar de las esculturas...

Llevaba el mes entero encerrado en su casa para poner un poco en blanco su mente, pero lo que consiguió fue lo contrario, estaba amargado.

Su enfado iba en aumento, pues llevaba esperando que un estúpido mesero se le acercara para pedir un maldito café. Pero no estaba de suerte. Todos los meseros estaban atendiendo a otras personas, o llevando pesadas bandejas llenas de comida.

Se levantó, dispuesto irse y no volver más nunca a ese café tan ineficiente cuando algo lo detuvo.

Ese algo lo hizo ver de nuevo los colores que tanto le faltaban en su nube de amargura... lo quería para él, Para exprimir toda la vida que emanaba de él.

Cambió la ruta de salida, y lentamente se acercó... como una polilla a la luz, pero más lento.

Cuando estuvo más cerca, como para tocarlo se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Parecía un enfermo, así que carraspeó para llamar la atención del muchacho que limpiaba la entrada del baño de caballeros.

Él era bajito, parecía de unos catorce años y tenía los ojos de un azul brillante, era simplemente hermoso a la vista de cualquier humano. El pequeño ser parecía nervioso en su presencia y lo demostró tartamudeando.

"¿E-en qué puedo ayudarlo?"

Y ahí fue cuando Harry se dio cuenta de que tenía a la salvación de su arte justo al frente de sus narices, no podía dejarlo irse. Carraspeó de nuevo antes de hablar.

"Te pagaré cinco veces más de lo que ganas aquí, los meses que trabajes para mí, si me ayudas en algo"

"¿a-ayudarlo a qué, señor?"

"A hacer una obra de arte"

El silencio entre los dos fue raro. El menor no entendía para nada lo que ese hombre desconocido le estaba pidiendo, pero si aceptaba... iba a poder ganar más dinero de lo que pensó posible.

Una obra de arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora