Guerra de Tronos I "Trono de Piedra"

Capítulo Cinco "La Primer Revelación"

Capítulo Cinco

“La Primer Revelación”

Estábamos presos en la cueva, no había salidas, decidimos descender y ver que hacíamos,  Dina lagrimeaba junto a Alexa, ambas iban detrás de mí, yo iba junto a Jace, quien me dio fuerzas para seguir.

-¡Chicos!, miremos nuestros celulares. -Exclamó Alexa, mientras todos comenzaban a mirar en sus bolsos (típicos de arqueólogos), yo ni me molesté, ya sabía que el mío estaba descargado.

-No puede ser, lo cargué ayer. -Dijo Dina al ver que estaba sin batería.

-Pues el mío desapareció. -Dijo Jace frustrado.

-Yo deje el mío en el Jeep de Jared. -Dijo Alexa desesperada.

-Bueno, sigamos en recorrido, quizá encontremos un walkie talkie, o algo así.

Seguimos el recorrido, pero el túnel parecía interminable.

Decidí a ver si el diario de Latiffa tenía algo sobre el túnel, pero decidí hacerlo cuando llegáramos al final de él.

Entonces comencé a sentir la puntada en el corazón, el ardor en los ojos, pero más fuerte que nunca, no me aguante en pie, me arrodillé proferí un grito ahogado.

-Amy, te encuentras bien. -Las voces sonaban distantes, sentí que me tomaron en brazos y me cargaron.

Al cabo de unos minutos en dolor aumentó y sentía como si mi cuerpo estuviera a punto de estallar.

De la nada las voces volvieron, «Ya esta aquí» «Tú elegida y mi sirviente», las voces eran más claras que nunca, «No la podrás salvar», sentía que me iba a morir, mi cuerpo ya no respondía y además estaba escuchando voces que sonaban más fuertes que las de los que estaban a mi lado.

Las voces cesaron y logré oír partes de la conversación de Alexa y Jace. «Desmalló» «Médico» «Ayuda», solo logré distinguir esas tres palabras, parecía que mi cuerpo se desvanecía cuando me soltaron en una esquina, sentí que estaban a mi lado. Con una gran sensación de dolor, logré escuchar lo que decían:

-Esto es todo, una puerta colosal sellada. -Era la voz de Jace, al escucharla me sentí segura.

Entonces la voz fría regresó, «Basta, no quiero oír más voces».

-Bienvenida, bienvenida. Te espero hace siglos. -Dijo la voz fría.

«¿Porque solo yo la escucho?» era lo único que lograba pensar, pero esta vez pasó algo muy extraño.

-¿Qué... qué es esa voz? -Pregunto Alexa. -Es horrible.

-No lo sé, no te alejes. Dina, ¿estás bien? -Hablo Jace.

«La escucharon», no podía creerlo, la voz parecía retumbar en todas direcciones.

Entonces de repente. sentí como si me hubieran devuelto a la vida, mi fuerza, me la devolvieron, los dolores y la terrible sensación cesaron.

-¿Chicos? -Dije mirándolos, ellos estaban fascinados por una puerta negra adamantina gigante.

-¡Amy! -Dijeron Jace y Alexa a la vez

-¿Y Dina? -Pregunté asustada.

-Estoy aquí. -Dijo mientras surgía de un rincón oscuro. -No hay otras salidas. -Dijo fríamente.

Entonces la voz regresó y enfrente a la puerta, estalló un reflejo blanco, de él se formó una mujer, de unos dos metros de alto, era hecha de ese resplandor, no tenía cuerpo, tenía una tez blanca y un cabello negro y lacio, que llegaba hasta sus rodillas.