Capítulo Dos
“La Expedición”
Mañana partimos hacía Jerusalén, una vez allí iríamos a la zona de excavación, Jace ya había empacado, y Dina lo estaba haciendo, su humor era el mismo de siempre, ella quería por que quería ir al Cairo en lugar de ir a Jerusalén, es cierto teníamos planes de ir al Cairo hacía tiempo, pero sería lo único que cambiaríamos en nuestro viaje, luego iríamos a Tokio, como habiamos planeado.
Al anochecer, Jace fue a pagar la estadía del hotel mientras yo pedía un taxi, iríamos de tren hacía Bologna otra vez, para partir a la expedición, al llegar allá nos esperaría un jet privado, como me había informado Angelina por mail hacía una semana atrás.
-Pronto. -Me dijo Dina dándome señal de que había terminad de empacar sus cosas.
-Excelente -Dije tomando mis valijas y las de Jace para bajarlas, el taxi nos esperaba abajo.
Al bajar vimos que Jace nos esperaba en la recepción, le alcancé sus valijas, y me quede con las mías.
Fuimos hacía el taxi, y nos dirigimos a la estación de trenes.
Eran las nueve, nuestro tren partía a las diez, nos sentamos a esperar, mientras Dina leía su revista favorita, Cosmopolitan, y Jace un libro sobre la arquitectura típica de Israel.
Yo estaba con mi portátil mirando mi casilla de correo, por si Angelina hubiese mandado información nueva.
Faltaban diez minutos para que partiera el tren, nos dirigíamos a buscar nuestros asientos, había conseguido los números 112,113 y 114, y cada cabina tenía cuatro asientos, así que iríamos con alguien más, al encontrar nuestra cabina vimos que estaba vacía, Dina reclamaba de compartir cabina con un extraño, pero lo habiamos hecho las dos veces que habiamos viajado en tren anteriormente, el tren estaba a punto e partir y el ocupante del asiento 111 no llegaba, para la alegría de Dina.
Pero un minuto antes de que el tren partiera de la estación, llego un señor de unos setenta años, y se sentó al lado de Dina (la que frunció su ceño).
El señor nos saludó:
-Buonasera -Dijo el señor mirándonos a todos.
Luego de una hora el señor, y Dina estaban dormidos, Jace seguía leyendo su libro.
-Crees que encontremos algo importante - Me susurró Jace intentando no hacer ruido para no despertar a nadie.
-Eso espero, creo que sí es muy importante por como lo dijo la señora Alberti. -Dije en un tono de voz apenas audible.
El resto del viaje fue tranquilo y sin inconvenientes, Jace se durmió y me quede sola con mis pensamientos.
Llegamos a la estación de Bologna a la medianoche, desperté a Jace, mientras el señor sentado en el asiento 111 se iba, luego desperté a Dina, que estaba disgustada por viajar con un desconocido.
-Podías haberme dejado sentar junto a Amy. -Regañaba a Jace mientras nos íbamos de la estación hacía la casa de la señora Alberti, ya que la sede del Departamento de Arqueología estaba cerrado a esas horas.
Tomamos un taxi y nos dirigimos a la dirección que me había proporcionado Angelina, dijo que nos estaría esperando y que había arreglado una habitación para que durmiéramos, yo estaba feliz de poder realizar mi primer gran excavación, ni siquiera los reclamos de Dina me podían molestar.
Llegamos a la dirección, era un edificio grande, ella vivía en el departamento 601, al entrar había un portero (que tenía pinta de vivir en el gimnasio, era tres veces más grande que Jace) él nos paro y nos preguntó en un italiano fluido donde solo logramos entender tres palabras, «questa», «altra» y «sei». No sabíamos que responder, no entendíamos que preguntaba y cuando iba intentar comunicarme, una voz dulce y femenina se comunico con el portero, está voz tenía el típico acento inglés mismo que estuviera hablando en italiano, no tarde en reconocer la voz, era Alexa Fawerklay.
ESTÁS LEYENDO
Guerra de Tronos I "Trono de Piedra"
FantasyLos planes cambian, si que cambian. Luego de graduarse la vida de Amy se volvió más entretenida, ella y sus dos mejores amigos estan cumpliendo un sueño que tienen hace tiempo, un viaje, a los tres lugares más magicos, según ellos, pero Amy no tiene...