Pasaban más de media hora y la comida aún no llegaba, me dirigía a la nevera a tomar una gaseosa cuando recordé que no había, genial... pizza sin gaseosa no es una pizza disfrutable, rodee mis ojos ante el pensamiento y volví al sillón. Antes de llegar tocan a la puerta. La pizza había llegado. Tomé el llavero con las llaves de la entrada y me dispuse a abrirla.
Del otro lado de la puerta se encontraba un chico de unos diecinueve o veinte años, con mi preciada pizza en sus manos. El logo de su gorra decía "pizza hut".
- Hola- dije tendiendo mi mano para tomar la pizza. Él lo mal interpretó y lo convirtió en un incómodo apretón de manos.
Un poco incómoda jugaba con mis llaves hasta que dijo...
- Woow- abriendo los ojos como platos- ¿es un mini cubo de rubik?- señalando mi llavero que en efecto era un mini cubo rubik, traido de algún lugar del mundo por mi padre en uno de sus viajes.- siempre quise uno, ¿dónde lo conseguiste?- dijo y una serie de recuerdos vinieron a mi mente, mi padre regalándomelo, mi padre discutiendo con mi madre, y por último, él, debajo de mi madre con un puñal en el pecho. Tragué en seco mostrando un poco de incomodidad, por suerte lo notó.- Oh, disculpa, no quería ser entrometido- dijo mirando al suelo timidamente, se veía malditamente adorable.
Aclaré mi garganta y miré fijamente a la pizza entre sus manos.- oh, lo siento- me la tendió y la tomé.- son diez dólares- dijo con una sonrisa increiblemente blanca y perfecta. Tomé el dinero y se lo di.
- Gracias- alcancé a decir antes de cerrar la puerta.
Eso había sido relamente incómodo.
Luego de comer la deliciosa pizza subí a mi habitación cayendo como en caída libre a mi cómoda y amada cama. Prendí la lámpara de mi mesa de luz y tomé un libro de la pequeña biblioteca.
Mi mente vagaba por todos lados menos en las palabras escritas en el libro.. estaba... ¿en el chico?, en efecto, el chico de la pizza tenía algo, no sabía qué, solo que, no podía dejar de pensar en él. Luego de un rato sumergida en mis pensamientos decidí entrar a mi blog. En él escribía casi a diario, era una especie de diario íntimo anónimo público, en él firmaba como Emilia, aunque mi nombre no era ese. Entré a mi blog y noté que no tenía siquiera una visualización esta semana. Lo de los blogs había pasado de moda.
"Cómo puede alguien que no conozco sacar mis propios pensamientos de mi cabeza e introducirse a si mismo? Es raro, me asusta un poco."
Escribí esas palabras y actualicé rápidamente. Miré fijamente el mini cubo de rubik encima del buró de mi habitación. Lo tomé y me dispuse a resolverlo, era increíble, hacía dos años que mi padre me lo había regalado y nunca había podido poner las seis caras del mismo color. A pesar de mis intentos, este era nuevamente fallido.
¿Cómo esto era posible? mi CI estaba bastante por encima de la media y este maldito cubo de rubik me estubo atormentando por años.
Frustrada lo aventé a algún lugar de la habitación. Buscando algún recuerdo en mi memoria que me ayudara a dormir.
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¿Por qué a mi, Sebastián?. |Sebastián Villalobos|
FanfictionA todos en algún momento nos llega el amor o el karma, pero a veces vienen en un mismo paquete.