Falling For You

Capitulo 1: La Jueza

Yo había venido por un poco de diversión, supongo que me pase y no un poco. Malditos amigos que te abandonan cuando más los necesitas. Maldita Megpoid Gumi. Maldita cabeza verde sin cerebro. Maldita alcohólica alias Meiko.
Maldita yo, por ser tan tonta.

Él oficial rubio ve mi cara de frustración y la rubia a su lado esta seria, un policía peliazul me dice lo típico de un policía "Tienes derecho a guardar silencio... Etc"

"Creo que para este tipo de cosas Hatsune-sama sabrá que hacer" dice el rubio.

"Dime tu nombre" dice una amistosa rubia.

"Megurine Luka" la rubia sonríe, el peliazul se queja por estar sentado al lado de la chica que a cometido la cosa más estúpida en su puta vida.

"¿Es en serio? ¿Robar Sakes de una bodega? Y ¿Atún, zanahorias? ¿¡HELADO!? ¿Qué tienen en la cabeza? Len conduce rápido, esta chica se hundirá en la cárcel" grita exaltado él peliazul.

"Creo que se esta olvidando de los puerros... Ah.. Este" le informo.

"Dime que no robaste bananas y Naranjas" dice la rubia.

"Yo.." no quiero delatar a mis supuestas amigas "Si, pero eso no es grave ¿O si? Digo tengo mascotas que alimentar ¿Aman los gatos? ¿Aman los peces? ¿Aman los monos?"

"¡Megurine Luka estas mal!" grita él rubio.

"Ya veo porque tengo derecho a guardar silencio " murmuro agachando la cabeza, soy profesora de musica de la institución más importante del país.

Mi celular suena en mi bolsillo, lo siento vibrar en mi trasero, disimuladamente lo quito de mi bolsillo "Yukari.." susurro, no contesto y apagó mi celular, quizás los policías luego me lo quiten, así que quito la tarjeta de memoria y el chip me lo llevo a la boca y comienzo a borrar lo que queda en mi celular, queda sin evidencias.

Llegamos.

Salgo del auto policial, son las tres de la madrugada ¿Porque no van a descansar? En ves de joderme la vida. Realmente no soy yo de todas maneras quien maneja mi vida. Necesitó una llamada ¡Claro!

"Necesitó una llamada y tengo derecho a una" les informo a el par de rubios y él peliazul.

"Claro" dice él rubio, de pronto el peliazul se posa frente mio con esposas girando por su dedo.

"Esto es por los helados" me pone las esposas en mis muñecas, pero frente mio, no detrás, suspiro frustrada.

Caminamos unos centímetros y comenzamos a subir los escalones para que luego el oficial llamado Len apellido no identificado malditos policías.

Abre la puerta, aunque es de dos, solo una, es de madera color marrón y tiene una forma cuadrada de vidrio arriba.

Pasamos y veo a muchos oficiales, gente esperando por sus familiares, que quizás después sean trasladados a otro lugar, más oscuro, más frío.

Veo a una señora llorar, pobre gente.

Él peliazul me deja cerca del teléfono por la pared, la rubia me mira desde su oficina al igual que el peliazul ¿Comiendo helado? Ya veo porque exageró.

Marco el numero de aquella chica que parece play-girl, su voz, la escucho.

"Quiero saber donde estas" me dice, de verdad a Yukari no le importa como estoy.

"En la cárcel y salvándole el culo a Meiko y Gumi, esas dos corrieron de la puta bodega y el señor me apunto con su arma, ahora ¡Debes ayudarme!" escucho su risa, veo que él rubio se esta acercando lentamente "Responde mierda, no tengo tiempo"

"Esta bien" cuelga. Dejo el teléfono en su lugar.

>>>

Me encerraron en una celda hasta nuevo aviso, lo malo es que yo soy mayor de edad.

No tengo mucho contacto con mi familia. Supongo que Yukari fue mi familia desde los dieciséis años, solo gracias a ella conseguí el trabajo de profesora, pero el propósito es pasar desapercibidas cuando la pandilla de Yukari es la más buscada aunque nadie la conoce y tampoco saben su nombre, de nadie, pero ahora estoy en la cárcel.

Me acuesto en la banca con las muñecas en mi nuca.

Cuando despierto en la mañana, una chica muy joven y bien vestida esta de brazos cruzados frente a la celda, me mira seria, me levanto y se sorprende.

"Pensé que solo era una coincidencia escuchar tu apellido"

"Ya ves que no lo es, no puedo creer que la profesora Megurine Luka este en la cárcel " frunce el ceño, sale del lugar donde estoy encerrada, sus ojos parecieron llenos de decepción y no entiendo porque, no soy la profesora de su clase pero Sakine Meiko si.

Y me quedo en el banco mientras mi estomago pide por comida.

Más tarde...

La cara de Meiko se aparece en frente y rápidamente voy a agarrar de las rejas.

"Dime que viniste a quitarme de aquí" ríe negando con la cabeza "¿Y rayos haces aquí? " le grito alterada.

"De visita, tranquila Yuzuki se esta encargado de todo"

"Este lugar..." me voy al banco donde es oscuro y no me puede ver "Es oscuro... Tal igual como el otro"

"¿De que hablas?" dice otra voz, alzo la mirada y Meiko no esta, sola esta Hatsune-san. Trago saliva, no me había dado cuenta de lo hermosa que es, de su mirada, su mirada es como el paisaje más lindo que podrías observar por horas y no aburrirse.

"Nada" respondo.

"Yuzuki Yukari, ella esta esperando por ti con un hombre que se cree samurái " rió pero ella se mantiene seria.

"Es bueno aunque no lo creas" me acerco por las rejas y agarro dos hierros, la miro en sus ojos, me encantan.

"Alguien llamada jueza no te dejara ir muy fácil, acostumbrate a tu nueva casa" agacho la mirada "Aunque quizás.. " la llaman, me mira por ultima ves y se marcha.

Esta cárcel no es nada gourmet, un puto café no llenara el vacío que tengo en mi estomago... Quizás unas latas de atún pero el señor de la bodega fue más listo que yo.

Más tarde la rubia viene y me invita su naranja ¿Porque?¿Lastima?

"Soy Kagamine Rin" sonríe.

"Gracias" se encoje de hombros "¿Sabes... Por cuanto tiempo..?"

"En realidad, mañana pasaras al juzgado, ya nos dijiste todo lo que robaste, la pregunte es ¿Ya lo has echo otras veces?" su mirada es interrogatoria.

"¿Quien es la jueza?"

"Alguien que no tiene ni mínima esperanzas en que te puedas salvar, pero su madre dice ver que no eres una chica mala" agacho la mirada "Así que la madre de Hatsune-sama quizás te dirá tu condena... O lo que harás, estarás vigilada las veinticuatro hora Megurine-san"

"¿Solo eres policía?"

"No vine solo para compartirte mi almuerzo, si no para preguntarte ¿Quiénes eran las chicas? Que salieron corriendo de la bodega"

"Quizás unas chicas que se asustaron del arma del dueño de la bodega"

"¿Quizás?" asiento y me voy de nuevo o al banco. Rin se va sin más.

Muy bien, esto parece ir rápido.