Capítulo 18

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Inuyasha y Kagome se quedaron hablando un poco más, era como si lo necesitaran después de todo el desastre. Platicaron sobre cosas básicas, sus experiencias y sus miedos.

-Cuando Sesshomaru hablaba de ti, siempre te imagine como una mujer creída y nada talentosa. —Confesó el chico, se avergonzó por sus pensamientos. —Pero cuando empecé a trabajar contigo, descubrí que te ganaste con tu esfuerzo el reconocimiento que te dan.

Kagome sintió aquellas palabras como un consuelo. Su mundo se derrumbaba ante sus ojos y lo único que podía hacer era observar en silencio. Le agradeció a Inuyasha y con una débil sonrisa miro la fotografía que tenía junto con Sango.

-Espero que este bien. —Susurró.

En toda su carrera nunca se había sentido tan vulnerable, ni siquiera cuando perdió la capacidad de disparar un arma...Ni cuando se alejó de Sesshomaru.

¿Cómo arreglaría todo esto?

El peli plateado noto lo tensa que se encontraba su ex jefa, quería decirle que todo saldrá bien, pero las palabras no salían de su boca, porque realmente no podía asegurarle eso.

-Todo estará bien. —Pronunció Kagome. Miro a Inuyasha. —Lo estará, porque aún no me rindo.

Cuando le preguntan a Inuyasha Taisho sobre Kagome Higurashi, él no puedo formular palabras que expresé la emoción y la adrenalina que siente todos los días. No podría explicar la admiración que siente hacia ella, y como poco a poco se convirtió en sentimientos más fuertes.

-Gracias, por quedarte a mi lado.

...

Esa mañana que Kagome se levantó y observo a Inuyasha dormido en su sofá, por primera vez desde que llegó a Japón, sintió tanta paz que temió que pronto vendría una tormenta. Una que destruiría lo último de ella.

La chica preparó el desayuno y despertó al bello durmiente. Deseo que al menos ese momento durara un poco más.

Inuyasha empezó a reír. —No pensé que supieras cocinar.

-Se lo básico, Sango es la que siempre cocinaba. —Un nudo en su garganta se formó al mencionar a su mejor amiga.

El agente Taisho se dio cuenta y trato de hacer una broma sobre la comida. El sentimiento de verla tan vulnerable, hacía que su corazón se rompiera.

-Bueno, es hora de ir a la oficina. —Kagome se levantó y retiro los platos.

-Sigues afuera del caso, ¿Qué harás? Digo, tu teoría de los tres silenciadores es un poco. —El chico no encontró las palabras adecuadas para describir el pensamiento de Higurashi.

-Un poco idiota ¿no? Tal vez, pero no podemos descartar la posibilidad. —La chica se sentó de nuevo. —Para serte sincera ¿Cómo crees que resuelvo los casos?

-¿Pensando cómo el asesino?

-¡Bingo! Y es más sencillo de lo crees. —La azabache dio unos golpecitos a su nariz con un dedo de su mano derecha. —Solo es analizar cada mínimo detalle, cada conducta del sujeto, juntar cada pieza y finalmente empezaras a pensar como él.

Inuyasha cerró los ojos y pensó por un momento las palabras de su ex jefa. Volvió a pensar sobre cada detalle, pero lo único que era importante rescatar era...

La obsesión por Kagome Higurashi.

La llamo mentirosa ¿Por qué?

La secuestró y jugó con su mente ¿Por qué?

Secuestró a su mejor amiga. Quemó un hospital y se enfrentó a ella.

Y de repente las frases en ruso se vinieron a su mente.

"Dies irae (Día de ira)

Я был готов люби́ть весь мир, - меня́ никто́ не по́нял: и я вы́учился ненави́деть (Yo estaba dispuesto a amar al mundo, pero nadie me entendía, así que aprendí a odiar. )"

Miro a Kagome preocupado. Su rostro representaba el miedo que sentía en ese momento, era un terror que congelaba el cuerpo y nublaba la mente.

-Eres la última víctima. —Susurró Inuyasha.

Higurashi sintió como todo empezaba a tener sentido. Volteo su mirada hacia el cajón donde tenía su arma y entendió que realmente todo empezó a suceder cuando ella experimento aquel terror e inicio su trauma por las armas de fuego.

Inuyasha se levantó de pronto y con apresuro cerró cada cortina del departamento. Pero era tarde, la maldad ya había entrado...

¿Pensando Como El Asesino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora