MELISSA

4: "Esta muerto"

Abro los ojos pero los vuelvo a cerrar por la luz, despacio los voy abriendo de nuevo para acostumbrarme. ¿Que me pasó? Miro a todas partes en busca de alguien pero en la enfermería no hay nadie. Genial. ¿Donde se supone que está Chris.
La puerta se abre dejando ver a Dylan o Ian. Ya ni siquiera sé cuál es su nombre verdadero. ¿Que hace el aquí?

- Mi nombre real es Dylan pero me hago pasar por Ian Bellwether, es personal, y vengo a ver si habías despertado.- responde a mis preguntas. No logro articular ninguna palabra. El que lea mis pensamientos me asusta. Debería dejar de pensar.- No dejes de pensar Melissa.

¿Ah?

- En serio me estás asustando, ¿Como puedes leer mis pensamientos?- el ríe, no dice nada. ¿Que le pasa?

- No lo sé.- se encoge de hombros. Un "no lo sé" no me ayuda para nada. Nada en absoluto. Este chico es demasiado extraño, y odio todo lo que sea extraño y misterioso

Me levanto de la cama y la puerta se abre de nuevo por Chris. Está todo sudado. Se acerca a mi y me abraza. Le devuelvo el abrazo. Estar con el hace que me sienta segura y protegida.

- ¿Que me pasó?- le pregunto. Hace una mueca y me indica que me siente.

- Te desmayaste; la enfermera dice que estás bien, pero yo presiento que tienes algo. Recuerda lo que pasó.- La herida.

Le pido a Dylan que salga de la habitación y a regañadientes lo hace. Este chico es raro. Me acerco al espejo, Chris está detrás mío.

- Levántate la camisa, quiero ver la herida.- dice. Me subo la camisa por el lado derecho de mi cadera. La herida está limpia. ¿Que demonios?

Esta mañana estaba llena de sangre, bueno no tanto. Ahora está limpia pero se nota la marca de dientes. Paso la mano por la marca de dientes pero no siento nada. Miro a Chris; tiene los ojos rojos y está apretando la mandíbula. Tiene los puños cerrados. Me acerco a él y pongo las manos en sus mejillas. Acerco mi frente a la suya. Siempre hago esto para que se calme.

- No debo dejarte sola, debí irme contigo. Si me hubiera ido contigo no tendrías eso. Lo lamento.- una lagrima sale sin permiso de mi ojo. Chris me abraza y recuesta su cabeza en mi hombro.- Lo siento.

- Chris no fue tu culpa, fue un animal. Ya déjalo, no fue tu culpa.- limpio las lágrimas que caen de sus mejillas y beso su frente.- Ahora más que nunca tenemos que estar juntos. Ese animal no se que es y puede ser muy peligroso, quiero que te quedes conmigo, ¿puedes?

El asiente y me abraza de nuevo. Sin importar que, Chris siempre se queda conmigo cuando estoy en los peores momentos. Y por ahora estoy pasando un mal, pero terrible momento. La puerta se abre y Chris y yo nos separamos. Es Dylan. ¡Ahg! Ahora lo odio más que nunca. Es que parece una maldita pega loca.

- ¿Está todo bien?- pregunta. Si, solo que como eres una maldita pega loca todo lo bueno desaparece. Si cara parece dolida por alguna razón. Mira a Chris y a mi y todo cambia. Parece molestó.- Veo que todo bien. Hasta luego.

Y se va. No entendí.

- Ahora, nena, tú y yo nos vamos a tu casa porque tenemos que hablar de muchas cosas.- esboza una risa.

- Está bien, doctor Christian.

Salimos de la enfermería. Por suerte las clases ya terminaron por el día de hoy, y Chris y yo nos podemos ir. Salimos al estacionamiento, donde está la camioneta de Chris. Me monto en el asiento de delante. Por si preguntan, la moto va a atrás. Chris termina de enganchar la moto y arranca hacia mi casa.

Me bajo de la camioneta de Chris y miro hacia el frente en busca de la patrulla de papa. Que extraño, no está. Me encogo de hombros y camino hacia la entrada para abrir la puerta. Chris y yo nos adentramos a la casa. Cierro la puerta con llave, la seguridad primero. Chris está delante de mi, inclinado hacia delante para cargarme en su espalda. Me moto en ella y Chris separa y camina hasta mi habitación. Me tira en la cama y el también lo hace. A nosotros no nos importa si papa llega y nos encuentra en la cama. Para papa eso es normal, porque sabe que somos los mejores amigos del mundo y que no podemos separarnos.

- ¿Y de quieres hablar?- le pregunto. Chris está acostado sobre mis piernas y yo solo le acaricio el cabello.

- De todo.- responde.- ¿Por que ese tal Ian está siempre contigo? ¿Acaso es tu novio?

- La primera: no tengo idea porque Ian está todo el día conmigo. No me agrada. Segundo: sabes que no me gusta eso de salir con chicos, solo contigo. Y lo odio. Para que sepas se me empezó a acercar hoy. ¿Sabes que supuestamente la pelea fue por mi?- Chris abre los ojos, sorprendido. Aunque no lo parezca, yo también lo estoy.

- ¿En serio?- pregunta.

- No, lo digo porque me interesa que peleen por mí.- le digo irónicamente.- Pues claro que si tonto. Hoy en la mañana Ian y uno de los chicos del equipo de la escuela casi se pelean por mi.

- ¿Y por qué casi se pelean por ti?- interroga.

- Pareces un oficial en un interrogatorio, Chris. No lo sé, pero el del equipo me dijo: "Dile a tu novio que no te vuelva a defender porque lo golpearemos muy duro" y después se apareció Ian gritando: " ¡TE DIJE QUE LA DEJES EN PAZ, IMBECIL!".- dije imitando la voz de los dos chicos. Chris suelta una carcajada y yo también lo hago.

- Eres un asco, los chicos no hablamos así.- dice entre risas.

- Está bien, hombresote.- y vuelve a reír. Chris se acuesta al lado mío y me abraza. Y empieza a cantar una de mis canciones favoritas:

- I won't lie to you, but I'm know he's just not right for you...- y me duermo.

Me despierto por el tono de llamada de mi teléfono. No me quiero levantar pero están llamando con insistencia. Descuelgo la llamada. No sé quién me llama, es un número desconocido.

- ¿Hola?- susurro para que Chris no se despierte.

- Melissa.- es Tom, el ayudante de papa.- ¿Como estas?

- Bien, gracias. ¿Que sucede?

- Tu papa...tuvo un accidente. Estoy en el hospital.- responde.- Tienes que venir.

- Voy para allá.- cuelgo y me levanto de la cama.- ¡Chris!

Grito para que se levante. Pega un salto y se levanta de un brinco. Me quisiera reír pero estoy apurada.

- ¿Que paso?- bosteza.

- Papa tuvo un accidente...yo...yo no sé que hacer. Tengo que ir...- Chris me abraza por detrás.- Tengo miedo. No quiero perderlo.

- No lo harás, vamos.- salimos de la casa y nos montamos en la camioneta. Chris arranca a toda velocidad.

Temo quedarme sola. No quiero perderlo. Es lo único que me queda. Ya perdí a mi madre, y perder a papa me destruiría por completo. Chris se salta semáforos y esquiva carros. Llegamos al hospital, Chris estaciona y nos bajamos de la camioneta. Corro hacia adentro, con el corazón latiendo a mil por hora. No quiero perderlo. Tom está sentado, con la cabeza gacha y sus manos entrelazadas. Me mira, sus ojos están rojos. Hinchados. Se levanta y mete sus manos en sus bolsillos.

- ¿Como está?, ¿Que te han dicho?- pregunto todo rápidamente.

- Está muerto.

Las lágrimas salen. Mis piernas tiemblan, mis manos sudan. Y todo en mi se apaga. Perdí a josh.

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