Un día cualquiera

521 10 0
                                    

Hoy había vuelto a soñar con ese tal Nico. Esta vez también estábamos solos en la oscuridad.

"-Nico... Quién eres? - no sabía por dónde empezar a preguntarle todas las cosas que quería saber y no sabía. Esa era la primera pregunta que se me ocurría.

-Pues... No sé cómo empezar a explicarte, es una historia muy larga y la verdad, me extraña que no recuerdes quién soy. Me llamo Nicolás Pacciato y vengo de una importante familia italiana.

-Ya, pero por qué me conoces? Que relación tienes conmigo? - estaba impaciente por saber todas las respuestas que pudiera y más.

-Verás, te conozco desde que nacimos, siempre he estado a tu lado, es posible que no me recuerdes, pero antes de vivir en Barcelona, tú vivías en Roma. - siempre que me hablaba, tenía una sonrisa en el rostro que hacía que mi corazón latiera aceleradísimo, no entiendo tal reacción, pero siempre la tenía.

-Cómo? Cómo voy a haber vivido en Roma y no saber italiano? Y no acordarme? - cada respuesta que me daba me planteaba mil preguntas más. No entendía nada.

-Tranquilízate, poniéndote nerviosa no conseguirás nada. - "si claro, cómo no eres tú el que está en mi situación..." pensé - Sí, viviste en Roma y claro que sabes italiano, pero dime, recuerdas tu pasado antes de los 10 años? - Empecé a pensar, intenté acordarme de algo, de cualquier cosa, aunque fuera un pequeño detalle, no recordaba nada.

-No.

-Es por eso que no recuerdas nada de vivir en Roma ni de mí. Hay algo que te impide acordarte de tu pasado.

En el momento en que le iba a hacer la pregunta más crucial que haría, vimos unas extrañas sombras a lo lejos que avanzaban rápidamente hacía nosotros.

-Qué es eso, Nico? - tenía miedo, no sabía que eran ni que querían. - Qué quieren?

-Esme, tenemos muy poco tiempo, no sé que son, pero sé que vienen a por mí. Tu vete, va! - parecía asustado como yo, no podía ser posible, por qué ahora?

-Cuándo nos volveremos a ver? Cuándo? - quería estar con él, me sentía bien, me sentía a salvo. - Tengo muchas preguntas que hacerte!

-Tranquila, volveré. Pero vete ya! Corre! - lo último que dijo me dejó atónita, no me lo esperaba para nada. - Y recuerda que te quiero.

Una solitaria lágrima cayó, esta vez por mi rostro."

Al despertarme, yo ya no recordaba que Tay y yo dormimos juntos, ya os podéis imaginar el susto que me pegué al verle, habíamos dormido toda la noche en la misma posición, juntos, unidos como dos gotas de agua, no pude hacer otra cosa y sonreí.

Levanté la cabeza con cuidado para no despertarle. Me incorporé y fui a ducharme. Una vez dentro del baño, empecé a quitarme la ropa, me duché con tranquilidad, no había prisa. Cuándo acabé, salí de la ducha y me sequé, me puse la ropa y salí del baño. Miré hacía la cama esperando que él siguiera dormido, me gustaba mirarlo.

-Buenos días, pequeñaja. - dijo, con una sonrisa en el rostro.

-Oh... Te he despertado? Lo siento... - él negó con la cabeza y me hizo una señal para que fuera con él a la cama. Fui. Inmediatamente, Tay me acurrucó entre sus brazos y me besó cuidadosamente, beso que poco a poco se hizo más intenso.

-Que tal estás hoy? Ayer caíste dormida en el coche, no parecías bien. - ayer estuve toda la tarde pensando en Nico y me agoté, no estaba bien.

-Estoy muy bien! Tranquilo, solo estaba cansada. Y tú que?

-Muy bien, despertarte junto a la chica que quieres es lo mejor que hay en el mundo entero. - ambos sonreímos, y le besé.

El día continuó normalmente, menos mal que Tay no se topó ni con mamá, papá o Dairo al salir, si no... Muerte para todos. Cuándo salió, se esperó en el coche y yo hice ver que no había pasado la noche aquí y que había quedado de nuevo con él.

Las lágrimas de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora