Historias Cortas de Snoworld

Borracho

La vida nocturna en esta ciudad nunca es silenciosa: las discotecas, karokes & tabernas siempre están a reventar y ha donde mires siempre habrá uno nuevo lugar que explorar.

En un callejón al cual apenas llegan las luces hay una pequeña taberna llena de gente reunida para beber y alejarse del ruido mundano. Al entrar se puede observar a un par de sujetos apostando; Una cazadora está coqueteando con la camarera, esperando llevársela a su cama; pero es en la barra donde el lugar que llama la atención. Un hombre se encuentra bebiendo su octava copa de aguarrás, eructando sin preocupación, impregnando el olor a los que lo rodean- ¡Sirve me otro! –Le grita al cantinero- Creo qué por esta noche ya fueron suficientes --le dice mientras limpia un tarro- ¡Yo te diré cuando sean suficientes! –responde enojado- Hemos tenido esta discusión desde hace años, deberías de bajarle a la bebida –guarda la copa para sirve un vaso de agua- ¡Mientras tenga dinero me servirás lo que yo te pida! –Toma el vaso y lo arroja hacia la mesa de los apostadores, provocando su enojo  y exigen una disculpa -- Tienen razón, les debo una disculpa...¡se las daré cuando los viole una quimera! -dice aquel ebrio, no porque sea valiente, sino que el alcohol le dio valor. Los sujetos lo sacan de la taberna para golpearlo, para su suerte no siente nada, eso se lo debe al aguarrás-- ¡Ah, la próxima que te veamos morirás! –se alejan pero aquel ebrio toma a uno del tobillo y este lo golpea en repetidas ocasiones hasta que lo suelta—.

Esa golpiza hizo que la bebida saliera de su sistema haciendo que el dolor volviera. A pesar de sus heridas logra arrastrarse hasta una pared, levanta la vista para ver a una persona de su pasado- Hubieras podido acabar con ellos sin salir herido; pero ahora te veo perdido de borracho y con dificultad logras caminar ¿Qué te paso? –Pregunta muy serio- ¡Tu no estás aquí! –exclamo- bebo para frenarme, bebo para que todo el dolor se vaya, bebo para nunca más recordar quién soy y mas importante bebo para olvidar aquel día –con dificultad logra ponerse de pie, y al darse la vuelta esa persona se había ido. Escupe un poco de sangre y regresa a la taberna a continuar con su vicio-.