Jesse Mccree

1.2K 72 13
                                    

La vida en aquella solitaria casa, perdida de la sagrada mano de dios era sin duda inexistente, o casi. Se murmuraban todo tipo de historias acerca de lo que habitaba en ella, leyendas que describían a una criatura de gran tamaño, enormes garras tan afiladas que te cortarían con un simple roce, hocico feroz tal que un coyote hambriento, peludo hasta las orejas que se erguía y caminaba en cuatro patas, asechando cada noche en espera de alguna presa fácil.

 Simples cuentos.

 ¿Una criatura nunca antes vista invadía aquel recinto? Básicamente, pero no era un monstruo.

Un joven de no mas de 17 años, pelo castaño y alborotado vivía solo en esa casa, abandonado y siendo obligado a sobrevivir robando desde muy temprana edad, Jesse Mccree era su nombre, impronunciable por los habitantes. Sin siquiera amigos que le acompañen o alguien que se preocupase por el, el chico se encontraba totalmente solo con su característica que le ato a aquel destino, su rareza y el porque medio pueblo contaba aquellas historias de fantasía. Todo en el era de un chico cualquiera a excepción de un par de orejas y una cola de lobo , a la gente le asustaba y su aspecto sucio y descuidado no ayudaba para nada; contando simplemente con unos vaqueros, una camisa antes blanca y su amado sombrero, único recuerdo de quienes antes lo amaban y atesoraban siendo ahora una buena ayuda para pasar desapercibido.

Siendo ese pueblo un lugar donde la tecnología e información escaseaban, cada cosa nueva que se les presentara a aquellos campesinos era mal recibida; con decir que se mantenían fieles a los métodos clásicos de la época del viejo oeste ya es mucho decir.

No paso mucho para que las historias sobre el fenómeno que aterraba el lugar llegaran a otras partes del mundo.

 Un hombre encapuchado, con toda la pinta de ser un casa recompensas se dirigía a la única casa alejada del pueblo, siendo consciente que alguien lo observaba. Sin ninguna clase de aviso este derriba la puerta, adentrándose sigilosamente pero siendo sorprendido al instante por un revolver directo en su espalda. 

-¿Jesse Mccree ,debo suponer?- pronuncia lentamente aquel forastero, su voz era escalofriante, con tan solo esas palabras había conseguido poner nervioso al menor.

-¿Porque la pregunta?-Jesse recargo lentamente el arma, por alguna razón la presencia de ese hombre con una máscara extrañamente particular le hacía estremecer.

Rápidamente y como si nada, el enmascarado le dió un golpe en la cara que lo dejo desorientado, arrebatándole el arma y derribando lo hacía el suelo.

El hombre empezó a reír tenebrosamente y a carcajadas, haciendo que un escalofrío recorriese toda la espalda del contrarió.

-Ha sido difícil que la gente me contará algo sobre ti que no fueran esas estúpidas historias, la gente te tiene miedo y no quieren ni pronunciar tu nombre por aquí cerca. Cuando me enteré de lo tuyo creí de inmediato que eras otro fraude, eso de que tuvieras partes de lobo era increíble.-dijo quitándole el sombrero con el revolver y observando sus orejas.

Aquel oscuro hombre empezó lentamente a acercarse cada vez más a Jesse mientras el solo podía retroceder. Estaba asustado, aterrado como nunca antes lo estuvo; estaba mas que acostumbrado a que con su sola presencia lo dejarán tranquilo y si alguien más valiente trataba de hacerle frente el no dudaba en sacar su arma y disparar a quien fuera sin nunca fallar, una ventaja de su extraño dote. Pero esta vez era diferente, aquel encapuchado lo tenía contra la pared, sin ningún rastro de miedo en sus acciones y totalmente seguro de lo que sea de lo que fuese a hacerle. Sus piernas temblaban descontroladas y su corazón latía veloz.

Haciéndose hacía un lado, rápidamente se puso su sombrero de vaquero a la par que el hombre saco una navaja de su bolsillo y la dirigía hacia Jesse.

El perro callejero ||MCHANZO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora