>1< Primer día.

477 35 3
                                    

《Pucca》

Al entrar al edificio ella tenía la misma sensación de ser nueva y no conocer a nadie, aunque ya había pasado su primer año aquí y todos la conocían.
     Caminaba por los pasillos mirando los lockers, esperando ver a su amado. Él nunca habla, pero le parecía el ser más maravilloso de todos, aunque no le preste mucha atención. Su relación se basa en que Garu estuviera tranquilo en sus cosas, aparezca Pucca y tener una persecución por todos lados para besarlo y abrazarlo, cosa que al muchacho de coletas no le agradaba.
      Como Pucca era muy rápida y fuerte, solía alcanzarlo con facilidad, si es que no aparecía un obstáculo entre medio.
        Al no lograr ver a Garu, suelta un suspiro de frustración y decide ir a ver a Ching, quien es su mejor amiga desde muy pequeña.
         Ella estaba organizando su locker, cuando la gallina posada en su cabeza suelta un cacareo, avisando la llegada de su amiga.

-Pucca! Hola, ¿ya encontraste tu locker?- La muchacha de los rodetes negó con la cabeza. Ni siquiera se había molestado en buscarlo, estaba más concentrada en su interés romántico. -Esta bien, te ayudaré y lo encontraremos ¿Qué te parece?- Pucca sonríe y asiente con la cabeza indicando que aceptaba la oferta.
    Las amigas van a donde les indicaron, charlando de cosas varias y riendo a carcajadas. Estaban cerca de donde se encontraba su objetivo, cuando Ring Ring, la reina de la escuela, la más linda de las chicas y la líder de las porristas, se les aparece en frente obligandolas a detenerse.

-alto ahí.- dijo autoritaria, como suele hacer la peliazul. -¿Adónde creen que van?

-¿Qué te importa a donde vamos? Sólo déjanos pasar.- Dice Ching intentando esquivarla y seguir su camino, pero la diva se vuelve a poner en medio.

-Por aquí no pueden pasar.- Demanda Ring Ring.

-¿Y por qué no? ¡Es un pasillo!- Su tono de voz ya era de alguien hartado.

-Este es el pasillo exclusivo para los estudiantes geniales y ustedes no lo son.-

-¿Y por qué no?-

-La nerd, hija del maestro y la rara de los fideos, por supuesto que son geniales.- Pucca y Ching se miraron y volvieron la vista a Ring Ring sonriendo y algo ilusionadas, ignorando el tono sarcástico de esta.

-¿En serio?- Pregunta con un tono de vos alegre, recibiendo de respuesta unas enormes carcajadas de parte de la princesita de todos.

-Claro que no. ¿En serio se lo creyeron posible?- Dice para luego volver a reírse. La muchacha de las trenzas baja la mirada, era rechazada por todos por la misma razón. Pucca se había enojado tanto que estaba a punto de golpear a la peliazul, pero la voz de su amiga la detuvo.

-Déjala Pucca, iremos por otro lado...- Su voz se había tornado triste y desilusionado. Pucca siguió a su amiga por un camino alternativo.
      Ambas eran inseparables por el hecho de que si no se tenían la una a la otra estaban solas. Pucca podría ser popular por conocer a todos, pero su única amiga de verdad era Ching y nadie más. En cambio, Ching no conocía a nadie más que Pucca quien era su única amiga, a Ring Ring quien la molestaba siempre y a Abyo con quien ocasionalmente tenía una conversación, ya que estaba completamente enamorada de este muchacho, pero es lo suficientemente tímida para no ser más que conocidos.
      Al llegar al bendito locker #36, notaron que estaba bloqueado por la gran (y trabajada) espalda de un estudiante de último año, el cual si tu lo veías acercarte tenías la sensación de que te golpearía. Pucca no lo reconocía y ella no es de olvidarse de nadie, además del hecho de que en Sooga no solía haber nuevos habitantes los cuales vayan a la escuela. Ese muchacho era un enigma para la chica.

Tobe》

   Haber sido echado de una escuela ya era humillante, te daba una reputación respetable pero era humillante, y ser cambiado a una escuela en donde todos ya se conocían desde hace años era solitario. Así fue su primer día. Era respetado pero se sentía humillado y solo. Recorrió la escuela sólo y sintiendo varias miradas clavarse en él en su camino, pero nadie le hablaba por miedo de lo que ''podría'' ocurrir. Logró recordar donde se encontraban el salón de arte y el gimnasio de Artes Marciales, por las dudas tuviera que escapar de alguien, de algo o de sus propios pensamientos. Los profesores lo miraban como si fuera un alumno problema, a lo cual respondía un leve gruñido y un ruedo de ojos disimulado, no quería que lo echarán de vuelta. 

   Los alumnos lo miraban como Dada miraba a Garu, le tenía miedo, pero lo envidiaba por los beneficios de ser su "clase de etiqueta social" el cual en el caso de Tobe era ser el tipo rudo, un rebelde sin causa, una manzana echada a perder, él era lo máximo para los asustadizos o los niños buenos.

    Estaba tan metido en sus pensamientos que no vio a Abyo sosteniendo un café con una mano y con la otra abrazando a una crédula chica linda que tenía su ojo en el chico desde siempre (como la mayoría). Chocó con él sin darse cuenta, derramando el líquido sobre el atractivo muchacho y la tonta chica, enfureciendolos.

   -¡Oye! ¿¡Qué te pasa, viejo!?- Le gritó Abyo a nuestro protagonista pero Tobe seguía caminando, no se había dado cuenta de nada, ya que sus pensamientos eran poderosos o lo suficiente para no escuchar un ruido molesto como era la voz del chico cabeza de shampoo para él. Lo que no sabía era que los ninjas del equipo de Artes Marciales eran como una gran manada de lobos (lobos tontos obviamente), si molestas a uno molestas a todos, hasta a Garu, quien le resta importancia a esa norma, desprestigiandola como innecesaria.

      Una chica lo detuvo llamando su atención, parecía algo urgente. Esta sólo le entregó un pequeño pedazo de papel doblado y se fue. Leyó el contenido que había en el papel.

~Jing-Jing~

Aspirante a villana y líder de los vagabundos.

Llámame si necesitas que hagamos algún encargo.

   Del otro lado estaba un número de un teléfono móvil, seguramente el suyo. Suspiró algo frustrado. Por lo menos alguien tenía interés en conversar con él. Lo guardó entre su ropa, tal vez le serviría en un futuro.
       Decidió irse a donde estaba su locker y pasar el rato ahí, para que nadie más lo moleste y poder estar tranquilo un rato. Camino siguiendo los números de las cajas metálicas, hasta llegar a la #35. La abrió dejo sus cosas y se apoyó en el locker de al lado para luego cerrar el suyo. El lugar donde estaba ubicado su compartimiento estaba alejado de los demás y del movimiento constante, eso lo relajaba y dejaba que pudiera hundirse en sus pensamientos sin ser interrumpido.
       Al cabo de un rato, se da cuenta que dos chicas un poco más jóvenes que él estaban presentes ahí. Una de ellas tenía trenzas, estaba de perfil como intentando que nadie pensará que venia con su amiga, la cual, tenía el pelo recogido en dos rodetes algo grandes, y lo estaba mirando casi sin parpadear parecía que lo estaba examinando de pies a cabeza, lo cual ocasionó que apareciera un leve, y casi invisible, sonrojo en su rostro. La muchacha de los rodetes, luego de hacerle señas a su amiga, comienza a acercarse a Tobe, el cual no esperaba que sea tan poco el espacio entre la morena y él cuando se detuvo para mirarlo directamente a los ojos.

Háblame después de las clases. [Tobecca]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora