¡sueltala!

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Capítulo 12


—Sí, la encontraste, pero está muerta— dijo con asco reflejado en su voz, y de un momento a otro Aiden se le lanzó encima transformado en un hermoso lobo, zarpazos, cada quien daba lo mejor de sí, hasta que de un momento a otro Aiden la lanzó hacia la otra esquina de la sala y gruño de manera fuerte, sin embargo, a pesar de Ariana ser una guerrera de menor rango que Aiden quien había sido entrenado para ser Alfa en su manada, ella no se doblego, luchó para no inclinarse ante ese futuro Alfa

—estando dentro de la casa no pueden pelear— los regaño Ignis pasando por su lado, a pesar de no estar en su casa mantenía todo él orden, y le daba coraje él que Vladimir contradecía todas sus órdenes, ambos volvieron a su forma humana, pero Aiden comenzó a buscar un aroma, mirando a Ignis puso cara de odio, que se reemplazó por desconcierto al verlo a él también buscando ese mismo aroma en él aire

«Imposible, él me había dicho que murió »

«La vi morir, murió en mis benditos brazos»

Pensaron ambos al mismo tiempo Al verla, tan bella como siempre, tan sublime, venía de la mano con....

—¡Suéltala!— le gritaron en coro ambos viendo al joven de ojos azules que sostenía de la mano a Raquel, ambos se miraron y gruñeron entre sí para luego salir a abrazarla, Raquel se moría de la vergüenza, apenas había encontrado a Kai lo llevó con los otros para que estén juntos, y no imagino que su hermano y un mate desconocido se pongan celosos, aunque reconocía que su mate era guapo, pero olía a vampiro y tenía apariencia de uno, lo que la hizo pensar que él era uno, con lo que ella despreciaba a los vampiros no quería imaginar que él fuese uno porque lo consideraría un castigo por odiarlos tanto

—Vampiro— gruñó sacándole sus colmillos lóbulos, esta chica sí que tenía agallas

—Mía— gruño él en respuesta sin interesarle lo que ella pensara

—Es mía— gruñó su hermano en respuesta, había extrañado tanto a su hermanita que no pensaba compartirla con nadie, ni por que fuese su mate ni ningún otro, sin embargo Kai al darse cuenta de la situación en la que se encontraba su salvadora decidió intervenir de la manera más genial que él sabía, como todo un animal, de un momento a otro se convirtió en un animal nunca antes visto por los presentes, su piel parecía ser de escamas, sus ojos tenían la ferocidad de un vampiro en caza, sus garras cual tigre, y se notaba como su postura era exactamente como la de un león en el momento de caza, no tenían idea de que animal pudiese ser, pero les había inspirado ese miedo a lo desconocido del que tanto hablaban sobre los humanos

—Mía— Gruñó ahora él ubicándose frente a ella quien se sorprendió y dio un paso hacia atrás, no por miedo porque sabía de sobra que él en su forma animal era completamente indefenso a menos que se cegara, sin embargo algo le decía que él lo hacía jugando y para sacárselos de encima, en él poco tiempo de conocerlo se habían hecho grandes amigos, y sabía que él no pelearía por ella porque estaba enamorado de una hermosa mujer de cabellos negros como la nada, ojos de igual color, y labios cual granadilla, piel blanca como la nieve, era increíblemente blanca, hermosa, como él la había descrito esa mujer era vampiresa, pero aun así su querido amigo se enamoró de ella y no lo hija a juzgar, mucho menos sabiendo que la mate de él había muerto días después de conocerla, fue extraño descubrir que él último elemento no había nacido él mismo día que los otros

—Ya basta chicos, él es Kai el elemento agua— dijo y Kai volvió a su forma humana sonriendo en dirección a Raquel

— ¿Entramos hermosa?— preguntó a ésta mujer provocando a los otros dos elementos, quienes gruñeron tras esa acción

—entremos Kai— respondió siguiéndole el juego a su nuevo amigo, lo que ella no sabía era que estos hombres la habían llorado y defendido tanto mientras pensaban que ella había muerto, ella había creído que la habían abandonado mientras ella estaba inconsciente, o al menos eso le había dicho un hombre que la había encontrado entre un poco de barro.

—Hermana mía pensé que habías muerto— dijo Aiden para lanzarse a abrazarla con toda su fuerza —No vuelvas a hacernos eso— sollozó con fuerza ganándose las miradas de todos los que se encontraban en la sala, que se habían quedado se piedra al ver a Raquel. No habían pasado ni diez minutos cuando en un parpadeo Raquel se encontraba tumbada en él suelo con Lesly abrazándola como coala, todos sonríen nostálgicamente, justo al momento en que Lesly salta a ella, y al verlas caer sueltan una carcajadas Y toda la tensión se esfuma, solo hasta el momento en que aparece una cara conocida para las gemelas, sin embargo ahora tiene alas, unas enormes alas blancas que combinaban a la perfección con sus profundos ojos, Dayan se encontraba agitado, desesperado, inquieto, preocupado y el temor se veía reflejado en su mirada

—Tengo su ubicación, tienen que ayudarme, ella es su amiga, por favor Lesly, ella es tu mejor amiga—

—Haré lo que sea por ella, solo di que hay que hacer— y Jaz Asintió con la cabeza pero con esas palabras Dayan se arrepintió de haber acudido a ellas, sabía bien que ellas tratarían de involucrarse y eso Marian no se lo perdonaría

—Solo necesito un par de hombres fuertes, valientes y dispuestos a ayudar— Al decir eso entran dos signos

—Nosotros estamos dispuestos, ahora di él plan—

Todos los que iban entrando en la sala miraron a Ignis y Aiden como si se hubiesen vuelto locos

—Vengan conmigo—

Tras esas palabras este enamorado ángel salió volando del lugar, y posteriormente dos lobos muy distintos, y aunque quien más llamaba la atención de todos era Ignis, Mara observaba a Aiden como su fuera la cosa más bella del universo, ellos ya se habían dado una oportunidad como pareja, sin embargo no importaba él que él decidiera dejarla un tiempo sola, ya que sabía que era su destino cuidarse y velarse entre sí, como su fuese una manada.

—No eres nadie para él— escuchó decir a la delicada voz de Ariana y se giró para presenciar la guerra de miradas que había entre la pelinegra y la rubia, quien al ver que su mate era un lobo y no un vampiro se quedó anonadada, y más aún, al ver que era un lobo hermoso, demasiado para ser real, su pelaje rojizo le daba un toque sensual a su gusto, y sus profundos ojos negros con motas rojas daban la impresión de que sus ojos fueran rojos como la sangre

—Él lobo que acaba de irse es mío — gruñó, sin saber que él por ser un alfa tenía él oído más desarrollado y a los dos kilómetros que tenían de distancia él la había escuchado y había sonreído a más no poder, ahora él tenía al menos alguien a quien cuidar y proteger.

Un Nuevo Yo  // El Portal De La Vida \\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora