3.-Phia
Estaba mirando el escaparate de la tienda, donde esperaba que saliese una noticia en concreto, la que estaba saliendo, una vez que la vi, sonriendo me puse a caminar por la calle, sola, hoy llovía, no me gustaban los días de lluvia, así que me pasaba las semanas asqueada en la ventana de mi antigua casa, aunque eso ya pasó, hoy empezaba de nuevo.
Llegó a una callejuela, y llamó a una puerta cercana, me abre una chica.
-Hola Ela, soy yo-digo aun escondida tras mi chubasquero, la chica abre la puerta y me deja pasar, una vez dentro me quito el impermeable- Siento haber tardado tanto, quería asegurarme de que salía-sonrío
-No debes correr esos riesgos, Phia, ¿Que pasa si alguien te hubiese visto?-me mira con cara de regañina.
-¡ay por dios!, no me regañes, me fui de casa por eso, no me regañes tu ahora también-digo con media sonrisilla en la cara.
Ella se muestra seria, pero acaba sonriendo- está bien, pero prométeme que no volverás a hacer esa clase de locuras, y ahora cambia-dice aun con tono de regañina, por dios, que pesada- que no quiero que e vean aquí.
-Muy bonito,¿eh? Ya no quieres ni que vean a u amiga en tu casa-bromeo- pero vale- digo mientras me imagino a otra persona y noto como mi piel va moviéndose, lenta pero efectivamente, después de unos cinco minutos ya mi cuerpo se relaja. Ela aun tenía cara de impresión, y yo la miro con cara de "tranquila, no es para tanto".
Decidimos salir, pues ella necesitaba unos recados y para acostumbrarme a este nuevo cuerpo necesitaba caminar, mientras bajábamos las escaleras para coger el metro choqué con un chaval y caí al suelo, mientras caía noté como por el miedo, mi cara durante un par de segundos cambiaba, pero volvió a la normalidad en un instante. Vi como el chico me miraba sorprendido, así que cogí la mano de Ela y empecé a tirar rápido de ella, mientras escuchaba al chico por derás gritando "¡Espera! ¡Tengo que hablar contigo!¡Espera!" no le havía caso, yo seguía a lo mío, pasando por entre la gente y llegando al metro antes de que se cerrasen las puertas, dejando al chico al otro lado, golpeando el cristal, mientras el tren se empezaba a mover.
-Por poco-le dije a mi amiga